Londres pone este lunes en marcha el impuesto aprobado por su ayuntamiento contra la contaminación a través del cual los usuarios de vehículos con fecha anterior a 2006 tendrán que pagar 10 libras (unos 11 euros) como impuesto ‘extra’.
El conocido como T-Charge, según el alcalde Sadiq Khan, incluye sobre todo a coches de gasolina y diésel, con el objetivo de recudir su uso y por consiguiente la cantidad de polución que emiten.
La medida es el último intento del Khan para mejorar la calidad del aire en la capital y según la oficina del alcalde, tendrá repercusión en 34 mol conductores por mes.