En el poblado de San Juan Raya, en el estado de Puebla, centro de México, las profundas huellas de dinosaurios que habitaron el lugar hace millones de años quedaron grabadas en la tierra. Una experiencia codiciada por los turistas que buscan conectar con el pasado del planeta, aire fresco para el ecoturismo en este país.
Actualmente a San Juan Raya llegan visitantes de todo el mundo, la comunidad se ha organizado para mostrar los atractivos turísticos de la zona y conservar la riqueza biológica y paleontológica del lugar.
Ubicado al sureste del estado, dentro de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, fue declarado en julio de este año Patrimonio Mixto de la Humanidad por la Unesco debido a la riqueza cultural y natural de la que goza la zona.
El investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México Raúl Gío contó que, ‘como en aquella época (el Cretácico) había muchos cambios en el nivel del mar, cada vez que estas especies pasaban por un lugar que estuviera húmedo, en los lodos, dejaban impresas las huellas’.
‘Nosotros encontramos Pterosaurios, que son un tipo particular de reptiles voladores, encontramos huellas de tortugas, muy probablemente de cocodrilos. Hay también de dinosaurios herbívoros y de carnívoros’, cuenta.
El tamaño de las patas debía ser aproximadamente de un metro de diámetro, ‘del tipo de los Brontosaurios, que fueron abundantes en el Jurásico y algunos de ellos todavía llegaron hasta el Cretácico inferior’.
Millones de años atrás, esta zona era parte de Laurasia, uno de los dos gigantescos continentes en los que se había dividido el Pangea.
‘Eran una serie de bahías cercanas a la línea de costa, con desembocadura de ríos, de algunos deltas, y se encontraba una abundancia de alimento para muchos organismos’, señala.
Según el especialista, las huellas de San Juan Raya comparten similitudes con huellas de dinosaurios encontradas en Coahuila (México) pero también con las de otras partes del mundo, como por ejemplo Brasil.