En una nota de prensa difundida este lunes, la cartera refirió que, desde la elaboración de la Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica 2010-2020, se plantean las directrices para el manejo y prevención de ese flagelo.
Con el propósito de consolidar esa lucha, este país aprobó leyes como la Orgánica del Ambiente, Gestión de la Diversidad Biológica, Penal, recientemente suscrita, y la Convención Sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
En esa línea, el texto destaca el papel fundamental que juega la comunidad, junto a organismos como el Ministerio y la Guardia Nacional Bolivariana, en las labores de resguardo.
Entre las especies más traficadas, sobresalen las guacamayas (azul, amarrilla y bandera), loros (guaro y real), pericos (cara sucia y calzoncitos), cardenalito, turpiales, lapa, manatí, monos (araguato y capuchino), cunaguaro, tortugas marinas, ranas, orquídeas, líquenes, cedro y el samán.
Punto Fijo (estado de Falcón), Calabozo (Guárico), El Tigre (Anzoátegui), Caripito (Monagas) y Puerto Ayacucho (Amazonas), son algunas de las zonas donde persiste ese comercio ilegal, con destino a Colombia, Brasil, Trinidad y Tobago, Antillas Holandesas, Estados Unidos y Europa.
Venezuela cuenta con unas 351 especies de mamíferos, mil 360 de aves, 341 de reptiles, mil 860 de peces y 15 mil de plantas, lo cual la convierte en el sexto país con mayor diversidad de fauna en América Latina y el décimo a nivel mundial.