Hace poco más de una década, Serafín Casimiro tuvo un gran gesto con sus vecinos de la localidad de Cerrillos, ubicada a 25 kilómetros de la ciudad de Salta. Con esfuerzo y compromiso, el jubilado se propuso limpiar el basural que ocupaba todo un terreno frente a su casa, para convertirlo en una plaza y lo logró. Hoy, a 10 años de aquella hazaña, todavía dedica su tiempo al cuidado de los juegos y las plantas del lugar.
‘En su momento fui encargado del mantenimiento de la plaza principal de mi ciudad y cuando me jubilé tuve la necesidad de hacer algo. Entonces, vi que frente a mi casa, a las orillas del ferrocarril, estaba todo abandonado, con pozos, pastos largos y mucha basura. Así que decidí pedirles a los vecinos que dejaran de arrojar residuos para empezar a trabajar’, dice Casimiro, de 83 años, en diálogo con Crónica.
Luego, llegó el momento de ‘poblar’ la plaza. ‘Una vez que tuve el terreno limpio, comencé a plantar árboles, pinos, palos borrachos, cactus de diferentes tipo, paraísos, rosales, pensamientos, palmeras y otros ejemplares. Además coloqué algunos bancos destinados a quienes tuvieran ganas de acercarse a descansar, lo que generó una gran alegría entre los habitantes de Cerrillos’, explica.
Mientras tanto, su hijo, Gustavo, reconoce ‘el orgullo de tener un padre tan humilde y trabajador que transformó un lugar abandonado en un sitio donde los chicos pueden jugar’.