Honduras: Asesinan a dos líderes indígenas ambientalistas

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‘La enorme vulnerabilidad que padecemos los indígenas ambientalistas en Honduras se manifiestan una vez más con asesinatos de Juan y Salomon Matute beneficiarios de Medidas Cautelares emitidas por @CIDH, sin embargo el estado de Honduras ha demostrado su incapacidad de proteger a los amenazados‘, señaló en su cuenta en Twitter.

Las víctimas fueron indígenas ambientalistas, identificadas con los nombres de Salomón Matute y Juan Samael Matute, padre e hijo, del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia en Honduras, organización que lucha por la defensa del medio ambiente y contra hechos de corrupción en el país.

Ramón Matute, hijo y hermano de las víctimas, y también líder ambientalista, responsabilizó a las autoridades de Yoro y empresarios de la zona del asesinato.

El Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia en Honduras refiere que los indígenas ambientalistas, estos dos hombres, como la mayoría de defensores ambientalistas en la zona, recibieron amenazas de muerte ‘por el simple hecho de defender el bosque y el territorio tolupán saqueado con la venia y la complicidad de la policía y la institucionalidad de Yoro’.

El hombre que murió por proteger al loro orejiamarillo

Los últimos 23 años como líder ambiental en su pueblo natal Roncesvalles, Tolima, Gonzalo Cardona Molina luchó para sacar adelante la misión que un grupo de científicos le encomendó: salvar de la extinción al loro orejiamarillo, una especie endémica de Colombia que para la década de 1990 estaba cerca de desaparecer.

Para la época, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declaró esta especie en peligro crítico, pues su caza indiscriminada y la tala de la palma de cera, su hábitat natural, estaban disparadas. Solo se tenían registros de alrededor de 81 individuos en la cordillera Central de Roncesvalles.

En una cruzada científica, varias organizaciones, entre ellas la Fundación Proaves, llegaron a Tolima para liderar su protección. Así crearon la Reserva ProAves Loros Andinos, ubicada entre los municipios de Roncesvalles y Génova, Quindío. Cardona, quien se había dedicado gran parte de su vida a la ganadería y actividades agrícolas, acudió al llamado de esta fundación en 1998 e inició su vida como defensor ambiental.

No solo monitoreaba el crecimiento poblacional de los loros, también se aseguraba de que no fueran cazados y de que no se talaran árboles y palmas de cera.

Entre sus labores más importantes estaba visitar a vecinos, amigos y campesinos para hablarles sobre la necesidad de mantener el bosque en pie. Cuando sus ocupaciones en campo se lo permitían, guiaba a los turistas que llegaban a conocer la reserva, el páramo Yerbabuena y las lagunas; así se robó el corazón de muchos ambientalistas.

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