La ONU instó a ‘aprender a amar” los bosques, un primer paso para conservarlos con el que los activistas también confían en evitar desastres como el que supuso hace unos años la quema de turberas en Indonesia.
En el Día Internacional de los Bosques, dedicado este año a la educación, organizaciones internacionales y no gubernamentales coincidieron en la importancia de cuidar la salud de esos ecosistemas para preservar la de los seres humanos.
El subdirector general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Daniel Gustafson recalcó en un acto en Roma que los bosques aportan aire limpio, agua, biodiversidad y alimentos, entre otros servicios, que benefician a las comunidades rurales, incluidas las más pobres, y al resto de la población.
Otro experto de esa agencia, Peter Csoka, indicó a EFE que“es importante educar a las generaciones más jóvenes sobre el papel de los bosques en las vidas de las personas para que conozcan su función y puedan convertirse en buenos guardianes forestales”.
Csoka advirtió de que, con más de la mitad de la población mundial viviendo en ciudades, “el contacto directo con la naturaleza se va deteriorando lentamente y cada vez se entiende menos su importancia”.
“La mayoría de las decisiones que afectan a los bosques no dependen de guardias forestales o gobiernos, sino que están tomadas por personas que son consumidores o votantes”, apuntó.