La probabilidad de que se produzca una ola de calor como la que sacudió Europa la semana pasada es actualmente “al menos cinco veces” mayor que si no se soluciona la crisis climática.
El cambio climático provocado por el hombre contribuyó probablemente de manera decisiva a agravar la intensidad de la gran ola de calor registrada en Europa el mes pasado, señalan estos expertos. Tal contribución hizo que este suceso meteorológico resultara 4ºC más cálido que si no hubiera estado acompañado por el calentamiento causado por las actividades humanas.
“Hemos experimentado una ola de calor cuya intensidad podría convertirse en la norma a mediados de siglo”, indicó Robert Vautard, científico senior del CNRS (Francia). “El nuevo récord de 45,9°C establecido en Francia el pasado viernes es un paso más para confirmar que, sin medidas urgentes de mitigación del cambio climático, las temperaturas en Francia podrían alcanzar los 50°C o más a finales de siglo”, agregó.
Este grupo de expertos en atribución climática analizó las temperaturas medias de tres días en toda Francia, donde se dieron las máximas más altas de Europa.
El viernes, la estación de Gallargues-le-Montueux (Gard, cerca de Nimes), batió el récord histórico absoluto en Francia, al alcanzar los 45,9 ºC. Estos expertos compararon las observaciones de temperaturas registradas en junio con modelos climáticos que pueden mostrar cómo sería el mundo sin la influencia humana sobre el clima.
En concreto, utilizaron registros de temperatura que se remontan a 1901 para evaluar la probabilidad de una ola de calor. Los estudios de atribución como este permiten objetivar hasta qué punto el cambio climático hace más probable la aparición de sucesos extremos.