Una cooperativa de Salta desarrolló un sorbete hecho de la resina de la papaya que logra emular al de plástico y no genera contaminación.
Proceden de los tallos que quedan en pie una vez terminada la cosecha, los cuales son cortados a mano, pelados y secados. Pueden haber variaciones en el grosor y forma de cada una de ellas.
“Las Payitas”, como nombró el producto Juan Ignacio Gerardi, el inventor argentino, nacen de la concentración de la población mundial y la falta de conciencia del cuidado del planeta.
Según El Tribuno, el sorbete biodegradable podría generar el trabajo de agricultores en zonas subtropicales de Argentina.