A pesar de que nuestro país aporta sólo con el 0,2% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo, el Ministerio del Medio Ambiente, entidades públicas y privadas pueden aportar para lograr esta reducción de 20% respecto de las emisiones proyectadas, de aquí al año 2020.
De acuerdo a lo establecido en Bali, las NAMAs, por su sigla en inglés, son acciones nacionales apropiadas de mitigación que apuntan a un conjunto de políticas y acciones públicas ó privadas, como parte de una intención voluntaria y no vinculante, para reducir las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, apoyadas por tecnologías, financiamiento y desarrollo de capacidades del mundo industrializado.
Andrea Rudnick, Jefa Oficina Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, en el marco del IX Seminario de Valorización de Residuos, señala que el gobierno ya se encuentra levantando NAMAs en el sector público, entre las que se encuentra un proyecto relacionado con residuos orgánicos para evitar la emisión del metano.
El proyecto de las NAMAs que cuenta con el apoyo económico de Canadá al Ministerio del Medio Ambiente se inició con un estudio elaborado por la Universidad Católica de Valparaíso, en conjunto con KDM Empresas, encabezado por Arturo Arias, sub gerente de Ingeniería y Medioambiente de la compañía para la evaluación de una serie de proyectos basados en el manejo de residuos orgánicos con el fin de disminuir la emisión de GEI. Para ello se realizó un estudio que abarcó un total de 59 comunas del país, divididas en 13 grupos, que postularon iniciativas en el ámbito de gestión de residuos orgánicos.
Los recursos para la implementación de las futuras NAMAs podrían provenir de fondos gubernamentales y/o privados dependiendo de la caracterización del proyecto y su evaluación económica. Según las estimaciones de Arturo Arias, en el marco del estudio que se está realizando con la Universidad Católica de Valparaíso, el monto de los aportes va a depender exclusivamente del tamaño del proyecto y de la tecnología aplicada. En el caso de los compost, por ejemplo, éste puede variar desde 2 hasta 4 millones de dólares para plantas de hasta 50.000 toneladas de residuos procesados al año. Y en fermentación seca desde 6 a 9 millones de dólares para plantas de 20 mil a 40 mil toneladas tratadas por año.
Para Marcel Szantó, académico de la Universidad Católica de Valparaíso y director del proyecto, las alternativas más viables para disminuir las emisiones de GEI son: la quema de biogás en rellenos sanitarios, el compostaje y la fermentación seca y húmeda de residuos.
La fermentación seca de residuos es una nueva técnica de tratamiento de residuos orgánicos provenientes de diversas fuentes, que permite generar metano, compost y abono líquido, disminuyendo en el proceso las emisiones de CO2 a la atmósfera. Este innovador proyecto fue creado y presentado por KDM, en conjunto con Innova Chile CORFO en el mes de agosto de este año.
Arturo Arias, sub gerente de ingeniería y medioambiente de KDM Empresas, asegura que con esta tecnología se podría producir gas combustible para generar electricidad y de esta manera, además de dar un tratamiento sustentable a este tipo de residuos, contribuir a la generación de energías renovables.
Además, asegura que los proyectos que actualmente se están evaluando tienen un potencial de disminución de hasta 2 millones de CO2 por año, a través de gestión anaeróbica, fermentación seca o húmeda de residuos.