En 2012 la destrucción de la selva amazónica de Brasil sumó 1288 kilómetros cuadrados de tierras, superando en más del doble el total de áreas deforestadas durante 2011.
Así lo reveló en un informe reciente Imazon, un centro brasileño de investigación que rastrea la deforestación por medio del uso de imágenes por satélite.
Según este centro, la entrada de agricultores, leñadores, mineros y constructores ilegales a los territorios sería la principal causa. Capturarlos en áreas tan extensas y de difícil acceso podría considerarse imposible, sin embargo una novedosa aplicación llamada Invisible Tracck permite monitorear y perseguir la tala ilegal en Brasil.
Primero, el Gobierno instala en los árboles un dispositivo pequeño que se camufla entre la vegetación. Una vez el ejemplar es derribado y trasladado a más de 30 kilómetros de una red que han dispuesto las autoridades, el Invisible Tracck envía al Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales (IBAMA) notificaciones de alarma y datos sobre su ubicación exacta.
Por ahora, fueron instalados 10 dispositivos en zonas de cosecha activas en las profundidades de la selva de Brasil y ya fue capturado un primer infractor. Además, fueron dispuestas cámaras especiales de visión infrarroja en los árboles del área para captar evidencia visual de las actividades de tala ilegal por las noches.
Por otro lado, también comenzarán a inventariar los árboles de la región para monitorear especies, reservas de biomasa, calidad de los suelos, nivel de degradación de los bosques y vitalidad de ejemplares vivos.