Desde este martes ya funciona en el campus de la Universidad Autónoma de Madrid el primer autobús público sin conductor de España, un modelo 100 % eléctrico que podrá ser de aplicación en un futuro para hospitales, movilidad de último tramo o para uso turístico en cascos históricos de ciudades.
Es cien por cien eléctrico y circula a 20 kilómetros por hora, por el momento con un asistente a la conducción, pero con la previsión de que en unos meses pueda recorrer de manera totalmente autónoma los 3,7 kilómetros del itinerario circular que une la estación de Cercanías de Cantoblanco con distintas instalaciones del campus.
Durante enero y febrero el EZ10 funcionó a modo de prueba en el campus universitario, “con las incertidumbres propias” del ensayo y la adaptación por parte de los conductores a cuestiones como la prioridad del autobús, “que también son parte de esta investigación para que luego se pueda implementar en otras localidades”, indica Atrio.
Aunque el fin último del proyecto es la investigación de esta nueva forma de movilidad, las 12 plazas del autobús sin conductor, reducidas a 7 por la limitación de aforos, ya están disponibles de 7.45 a 16.00 horas.
No obstante, la lluvia de este martes en Madrid y el hecho de que las clases sean semipresenciales han hecho que el estreno del autobús se haya hecho con un campus bastante vacío.
“El funcionamiento parece muy complejo, pero es muy sencillo: inicialmente hemos mapeado todo el circuito, por lo que el vehículo tiene identificada toda la geografía del recorrido, para circular por la vía por la que tiene que ir”, explica a Efe Miguel Ángel Alonso, director general de Mantenimiento e Ingeniería de Alsa, operadora del autobús y participante en el proyecto junto con el Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid, la Universidad Autónoma y la Dirección General de Tráfico.
A partir de ahí, continúa Alonso, “lo que tenemos son láseres lídar y radares que de forma simultánea y redundante van comprobando si hay movimiento alrededor suyo y van acomodando la circulación a su entorno”.
“Los sensores que hay acoplados en todos los laterales y en el techo del vehículo lo que hacen es escanear en tiempo real su entorno, de manera que son como nuestros ojos, pero tiene 8 pares de ojos”, explica Soledad Pérez Galdós, coordinadora de Infraestructuras e Innovación del Consorcio Regional de Transportes.
En los próximos meses operará en un nivel de autonomía 4, con la asistencia de un conductor en su interior para devolverlo a la posición de circulación si algún obstáculo dificulta su camino y para “identificar las condiciones del entorno más ideales para en un futuro dejarlo en un funcionamiento de nivel 5”, de completa autonomía, indica el director general de Mantenimiento e Ingeniería de Alsa.