Cómo ve una abeja. El aparato visual de las abeja es uno de los sentidos más sofisticados y sin duda, un gran aliado de las pecoreadoras a la hora de buscar los suministros en las flores.
Aparato visual de la abeja
Está formado por dos grandes ojos compuestos situados en posición dorso-lateral de la cabeza y tres pequeños ocelos (pequeños ojos) organizados en triángulo en la parte frontal de la misma.
La visión de los ojos compuestos
Un conjunto de unidades ópticas simples, alrededor de 6000 por cada uno, llamadas omatidios, captan una pequeña y específica porción del campo visual.
Visión en mosaico
Así mismo envían al sistema nervioso el cual procesa y forma una única imagen compuesta por miles de puntos, como si fuese un mosaico.
La imagen que se genera no tiene nitidez, debido a que la abeja tiene que acercarse a una distancia de 5 cm de una flor para distinguirla de las plantas y hojas; aunque para esta labor utilizan otros sentidos
Visión de percepción de colores
Otro factor importante es la percepción de los colores que está estrechamente relacionada a la polinización de las plantas con flores;
La abeja tienen una mayor sensibilidad a longitudes de onda menores del espectro visual y menor sensibilidad para las longitudes de ultravioletaonda larga.
Eso significa que la abeja percibe los colores del mundo que las rodea de manera muy distinta respecto a los vertebrados superiores.
¿Qué colores ven las abejas?
La gama de color se extiende desde el ultravioleta (300 nanómetros) hasta el amarillo- anaranjado (650 nm) con picos de sensibilidad para el ultravioleta azul y verde.
Sin embargo, la abeja es muy sensibles al ultravioleta es ciega para el rojo (no distingue colores por encima de los 650 nm), el rojo lo ve como ausencia de color o sea como negro.
Vista de los humanos
Para el ojo humano, la cinta de color se extiende desde los 400 a los 750 nanómetros con mayor sensibilidad para el azul, verde y rojo.
Nosotros no vemos la banda ultravioleta (somos ciegos para los colores de longitud de onda por debajo de los 400 nm), pero percibimos con gran facilidad toda la banda roja.
Las flores vistas por ojos de abejas
Las flores aprovechan de esta sensibilidad visual para su propio beneficio. Pero a los ojos humanos, los pétalos pueden parecer de color uniforme.
Sin embargo, éstos presentan áreas que reflejan la luz ultravioleta que la guían hacia la fuente de polen, garantizando de esa manera la polinización.
Diferente es la situación en la percepción de las longitudes de ondas largas que estimulan muy poco los omatidios, lo que deriva que una flor que al ojo humano puede parecer roja, una abeja la percibirá de color negro.
La percepción de los colores florales
Depende también de otro factor, la velocidad de vuelo, cuando se encuentran a elevada velocidad no perciben los colores, solo son percibidos cuando se acerca y da vueltas lentamente alrededor de las flores.
El objetivo del vuelo afecta a la percepción de los colores, cuando se mueven hacia una fuente de alimento tienen una excelente capacidad de discriminar,
Esto se debe a que el objetivo es encontrar el polen escondido en las flores más llamativas.
De regreso a la colmena con la bolsa melaria llena, los colores toman menos importancia.
Pone más atención a otros factores como el superar obstáculos o reconocer el ambiente, por ello la percepción de los colores se vuelve superflua.
Visión de sensibilidad óptica
Tienen una elevada sensibilidad óptica al movimiento o sea pequeños y rápidos movimientos son percibidos de manera clara y detallada como si fuese en cámara lenta.
Esta peculiaridad es útil para identificar y seguir otras en rápido movimiento, como ocurre en los vuelos nupciales o cuando enjambran
Los movimientos
También intercepta los movimientos rápidos provocados por el viento de las flores más pequeñas o menos coloridas que compiten con las flores más grandes y atractivas para ser polinizadas.
Los ocelos
Son ojos primitivos, no perciben imágenes sino solamente la intensidad de la luz, incluida la polarizada. De esa manera pueden localizar el sol también en condiciones nubladas y son muy importantes para su orientación.
Al ocaso del día aprovechan esta percepción de intensidad lumínica solar para estimar la hora y calculan sí disponen de tiempo suficiente para recorrer la distancia de vuelta a su colonia.