Estados Unidos se comprometió en una cumbre mundial sobre el clima organizada por el presidente Joe Biden, a reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, un objetivo que espera que incite a otros grandes países a plantearse metas más ambiciosas para combatir el calentamiento global.
Estados Unidos, el segundo emisor mundial después de China, busca recuperar el liderazgo internacional en la lucha contra el calentamiento global después de que el expresidente Donald Trump retiró al país de los esfuerzos internacionales para reducir las emisiones.
Biden anunció el objetivo de recortar las emisiones entre un 50% y un 52% respecto de los niveles de 2005, al inicio de una cumbre climática de dos días a la que asisten los líderes de prácticamente 40 países, entre ellos los grandes emisores China, India y Rusia.
“Esta es la década en la que debemos tomar decisiones que eviten las peores consecuencias de la crisis climática”, dijo el demócrata Biden en la Casa Blanca. El primer ministro británico, Boris Johnson, calificó el nuevo objetivo de Estados Unidos de un “cambio de paradigma” en la lucha contra el cambio climático.
Más tarde, el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que el horizonte de “2030 es el nuevo 2050”, al subrayar la necesidad de acelerar los esfuerzos globales para mitigar las consecuencias del cambio climático en su intervención en la Cumbre de Líderes sobre el tema convocada por Estados Unidos.
“Un solo objetivo para las próximas semanas y meses: acelerar la puesta en marcha de los compromisos para el horizonte de 2030”, dijo el mandatario, quien pidió un “plan de acción preciso, medible y verificable”. “En el fondo, 2030 es el nuevo 2050”, sentenció.
En ese sentido, Macron se refirió a la nueva ley climática europea, adoptada esta semana, e instó a “utilizar todos los medios a nuestra disposición” para luchar contra el recalentamiento global, como la “innovación, la transformación y la reglamentación”.
También pidió transformar “en profundidad” el sistema financiero y “fijar un precio para la energía ligada al carbón” para integrar la dimensión ambiental en el costo de las inversiones y las relaciones comerciales, en alusión al impuesto al carbono que la Unión Europea quiere instaurar en sus fronteras.
“De otro modo, no habrá ninguna transición”, sostuvo y añadió: “Francia tomará todas sus responsabilidades en los próximos meses para avanzar sobre la financiación al servicio del clima”.
La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que su país está comprometido con alcanzar la meta de la Unión Europea (UE) de reducir las emisiones contaminantes en un 55% para 2030 y saludó la vuelta de Estados Unidos a la mesa de negociaciones climáticas, durante su discurso en la cumbre virtual del clima convocada por el presidente estadounidense, Joe Biden.
“Alemania redujo sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% respecto a 1990, continuará reduciéndolos y contribuirá a alcanzar el objetivo vinculante de la Unión Europea de reducir los gases de efecto invernadero en un 55 % para 2030”, prometió Merkel.
Además, Berlín tomó importantes medidas en el camino hacia la neutralidad de los gases de efecto invernadero, como por ejemplo, el impuesto al dióxido de carbono (CO2) introducido en los sectores del transporte y la calefacción el 1° de enero de este año.
La meta de Alemania es eliminar el uso del carbón a más tardar en 2038 y, mientras tanto, sigue invirtiendo en energías renovables.
En el ámbito de los países en vías de desarrollo, la India emprendió “acciones para el desarrollo sustentable, inversiones para potenciar la eficiencia energética y el uso de las energías renovables”, cuya producción para 2030 debería llegar a los “450 giga watts”, dijo el premier indio, Narendra Modi, en la cumbre sobre el clima promovida por Joe Biden.
A esto se agregan, según Modi, políticas para facilitar “el acceso a tecnologías y financiaciones verdes”. Los cambios climáticos “son una realidad para millones de personas cada día en el mundo, y amenazan su vida y recursos”, agregó el premier indio.
A su turno, el presidente Alberto Fernández abogó porque los organismos de crédito internacional realicen “pagos por servicios ecosistémicos” y “canjes de deuda por acción climática”, en tanto que pidió que una “reconfiguración de los análisis de las calificadoras de riesgo para no distorsionar la realidad” de los países de renta media y baja.
Durante su participación, el mandatario sostuvo: “Necesitamos renovar la arquitectura financiera internacional. La agenda es clara: movilización de recursos concesionales y no reembolsables canalizados a través de la banca multilateral y bilateral y con procesos ágiles y transparentes”.
Asimismo, aseguró que son necesarios “pagos por servicios ecosistémicos y canjes de deuda por acción climática”, así como una “nueva asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG, moneda del FMI) sin discriminar a los países de renta media para mejorar nuestro el ambiente”.
El pacto de París busca limitar el calentamiento global a 2° por encima de los niveles preindustriales y si es posible situarlo en 1,5°, el nivel que los científicos estiman necesario para evitar los efectos más severos del cambio climático.