Una expedición de científicos de la organización Conservation International pasó tres semanas de 2012 explorando una zona de ríos, montañas y selva tropical en la región sudeste de Surinam.
Un lugar que “prácticamente no tiene influencia humana”. El resultado fue el hallazgo de un “Jardín del Edén” (por la pureza del entorno) con 60 especies nuevas. Trond Larsen, uno de los biólogos de campo, contó que lo apartado de la región llevó al equipo a viajar primero en avión, luego en helicóptero y finalmente en bote y a pie, con la ayuda de treinta hombres de las comunidades indígenas. En total, los científicos identificaron 1.378 especies y su informe llegó a la conclusión de que “quedan muy pocos lugares de la Tierra que sean tan inmaculados e inexplorados como ese”. Pese a esa característica, la zona no carecía totalmente de huellas humanas: las muestras de agua contenían mercurio. Los científicos dedujeron que el mercurio debe haber llegado transportado por el viento. “Esto demuestra que ni siquiera las regiones más aisladas y prístinas del mundo están absolutamente protegidas. Todos los sistemas están interconectados”, explicó Larsen.
Clarín