La evacuación de más de medio millón de personas podría haber evitado graves pérdidas humanas por el ciclón Phailin que el sábado a la noche llegó a la costa este de India.
Los cortes en la electricidad y las vías de comunicación todavía no permiten hacer una evaluación certera de los daños que ha causado el ciclón, que tocó tierra con vientos de hasta 200 kilómetros por hora. Pero, según los datos oficiales, la movilización más grande en India en las últimas décadas ha podido salvar muchas vidas.
Por ahora se ha informado solo de siete muertes: cinco antes de que llegara el huracán y dos después. La mayoría fueron por caídas de árboles y el derrumbe de una casa.
India se preparó a fondo ante la llegada del Phailin. Además de la evacuación masiva estaban listos aviones, helicópteros, barcos y personal de rescate. El país temía revivir el desastre que causó en 1999 en esa misma zona el “superciclón Orissa”, que dejó más de 10.000 muertes, según las conservadoras cifras oficiales.
Se cree que hubo pérdidas exorbitantes por daños en infraestructuras, viviendas y cosechas. “El mayor desafío del Gobierno y de la sociedad es recuperar la forma de vida de la gente que depende de la agricultura porque la pérdida de cosechas ha sido tremenda”, dice Debabrat Patra, de la ONG ActionAid. La gente que estaba en los refugios a comenzó a volver a sus casas en cuanto la lluvia paró un poco: intentaban salvar sus bienes, asegura. Esta ONG dice que se tardará uno o dos días en tener un reporte claro de la situación, porque en muchas zonas las carreteras están obstruidas, las líneas de teléfono son intermitentes y no hay electricidad, pero calcula que al menos 230.000 casas han sido dañadas y más de tres millones de árboles se han caído.
El País