Por esta época del año, días previos a la Semana Santa, aumenta el consumo del pescado en los hogares colombianos, pero de la misma forma, en algunos lugares del país se acostumbra comer carne de tortuga hicotea.
Este animal está en peligro de extinción y, cada año, cuando se acerca la Semana Mayor, autoridades y ambientalistas se ponen de acuerdo para realizar campañas para evitar que los colombianos consuman este animal.
A pesar de las sanciones que se han anunciado este año, recientemente se han incautado cargamentos de tortugas hicoteas en diferentes zonas del país. El más reciente, según conoció Blu Radio, se dio en el departamento de Córdoba las autoridades incautaron 487 tortugas hicoteas que iban a ser sacrificadas en la Semana Santa, las cuales eran transportadas ilegalmente por cinco personas que ahora deberán responder ante las autoridades.
Según las autoridades que lograron la captura de estas personas, el vehículo fue detenido en un puesto de control, en el que el nerviosismo de las personas anticipó que al interior el carro había un cargamento ilegal. Efectivamente, al revisar los costales y neveras portátiles que llevaban los cinco hombres, encontraron a las casi 500 tortugas en terrible estado.
Mientras los hombres fueron puestos a disposición de las autoridades competentes, los animales fueron entregados a la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge ‘CVS’ en la ciudad de Montería, en donde permanecerán en cuarentena hasta que puedan ser retornadas a su hábitat natural.
En lo que va del 2022, según han comunicado las autoridades ambientales de Córdoba, se han realizado 68 capturas por el tráfico de fauna silvestre, especialmente por tortugas hicoteas, iguanas, osos perezosos y aves. De la misma forma, en esos operativos más de 1.040 tortugas hicoteas fueron incautadas y recuperadas.
Al respecto el comandante de la Policía de Córdoba, el coronel Gabriel Bonilla detalló que “hemos encontrado casos donde meten las hicoteas en costales y en cavas sin ningún tipo de consideración, para transpotarlas para su posterior venta y consumo”, según citó el diario local La Razón.
Recordó que la tipificación penal del artículo 328 de la ley 599 del 2000 describe este delito como aprovechamiento ilícito de recursos naturales renovables y que quienes sean capturados se exponen a penas en prisión desde 5 hasta 11 años.
De la misma manera, Caracol Radio conoció que en Cartagena, el Grupo de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía Metropolitana realizó varios operativos en la ciudad, acompañados por unidades de Policía de Carabineros, el Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes y personal de la Fuerza Disponible, para combatir la comercialización de carne de animales silvestres, entre ellas la de la tortuga hicotea, popular por esta temporada.
Los operativos se realizaron en el mercado de Bazurto y allí se encontraron con que había más de 10 kilogramos de carne de hicotea y de tortuga que ya estaban listos para ser preparados en un restaurante del mercado. Al tiempo las autoridades realizaron labores de sensibilización con los clientes y comerciantes, recordándoles que el consumo y comercialización de este animal está en contra de la normatividad ambiental impuesta en todo el país, así que podrían ser sancionados por cometer un delito.
Sobre esto, por ejemplo, el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma, se ha pronunciado. Cabe recordar que, para el primer trimestre del 2022 la entidad realizó 206 procesos sancionatorios a personas que incumplen con el tráfico y comercialización de diferentes especies de fauna y flora del país que están protegidas, las cuales terminaron en multas que representan $5.720.311.849, según confirmó la Alcaldía de Cali.
Las sanciones, en Cali y en todo el país siguen avanzando, y para esta época desde la Subdirección de Calidad Ambiental del Dagma señalaron que reforzarán los operativos para contrarrestar la comercialización de la palma de cera (Ceroxylon quindiuense) y la tortuga hicotea (Trachemys callirostris), las dos que aumentan considerablemente antes de Semana Santa, a pesar de las normas.
