Al igual que nosotros tomamos aspirinas para aliviar un fuerte dolor de cabeza, las plantas también tienen su propia forma de medicina que les ayuda en momentos de estrés.
Ácido salicílico
Conocido como ácido salicílico, este compuesto orgánico se produce de forma natural cuando las plantas se enfrentan a situaciones como la sequía y el calor, y un nuevo estudio demuestra cómo este proceso podría aprovecharse para proteger los cultivos ante el aumento de las temperaturas globales.
El ácido salicílico se produce de forma natural en las plantas y, de hecho, es un precursor de la aspirina, pero se ha utilizado para aliviar el dolor mucho antes de que este medicamento sintético llegara a las farmacias.
Los antiguos egipcios arrancaban las hojas y la corteza de los sauces para aliviar sus articulaciones, y el médico griego Hipócrates también señaló la capacidad del compuesto para aliviar la fiebre y el dolor.
Nuevo estudio
Los autores de este nuevo estudio trataron de comprender mejor la forma en que se produce el ácido salicílico y las condiciones que hacen que las plantas lo produzcan.
Esto les llevó a las sustancias químicas llamadas especies reactivas de oxígeno (ERO), que todos los organismos vivos producen en respuesta al estrés ambiental.
Un ejemplo es la piel humana, que produce altos niveles de ERO en respuesta a la luz solar intensa que da lugar a pecas y quemaduras solares. Pero a niveles más bajos y seguros, las ERO desempeñan un papel importante.
“A niveles no letales, las ERO son como una llamada de emergencia a la acción, permitiendo la producción de hormonas protectoras como el ácido salicílico. Las ERO son un arma de doble filo”, dice Jin-Zheng Wang, Universidad de California.
Arabidopsis
Mediante experimentos con una planta modelo llamada Arabidopsis, los científicos descubrieron que el calor, el sol implacable y las condiciones de sequía hacían que las células de la planta produjeran una molécula de alarma llamada MEcPP.
A medida que esta molécula se acumula, desencadena la producción de ácido salicílico, que pasa a desempeñar un papel importante en la protección de los cloroplastos, los orgánulos donde se realiza la fotosíntesis.
“Es como si las plantas usaran un analgésico para los dolores, igual que nosotros”, afirma Wilhelmina van de Ven, autora del estudio.
Avances
La esperanza es que este conocimiento sobre cómo se forma el ácido salicílico pueda aplicarse para ayudar a las plantas a sobrevivir al cambio climático.
Esto podría hacer que los cultivos fueran más duraderos y pudieran soportar temperaturas más altas, pero los beneficios podrían extenderse a muchos otros aspectos del medio ambiente.
“Dado que el ácido salicílico ayuda a las plantas a resistir las tensiones que se hacen más frecuentes con el cambio climático, poder aumentar la capacidad de las plantas para producirlo representa un paso adelante para hacer frente a los impactos del cambio climático en la vida cotidiana. Esos impactos van más allá de nuestros alimentos. Las plantas limpian nuestro aire secuestrando el dióxido de carbono, nos ofrecen sombra y son el hábitat de numerosos animales. Los beneficios de potenciar su supervivencia son exponenciales”, concluye Katayoon Dehesh, autor principal del artículo.