Australia aprobó una ley para fijar su meta de reducción de emisiones contaminantes al 43% para el 2030 y reafirmó el compromiso de lograr la neutralidad de emisiones para el 2050, lo que acelerará los esfuerzos del país en la lucha contra la crisis climática.
El Senado aprobó la legislación promovida por el gobierno laborista, que se impuso con rotundidad en las elecciones de mayo, con 37 votos a favor y 30 en contra.
“Durante casi una década, Australia fue dando tumbos de una política a otra, y nuestra economía y comunidades perdieron miles de millones en inversiones públicas y privadas en energía limpia. Pero hoy eso cambia”, apuntó un comunicado del gobierno.
La ley, que horas después pasó por la Cámara de Representantes donde los laboristas cuentan con amplia mayoría para aprobar una serie de enmiendas, supone una mejora sustancial en la meta de reducción de emisiones contaminantes fijada por el anterior ejecutivo conservador -de entre 26-28 por ciento-, defensor de la minería de carbón.
Fomentar las inversiones en renovables
En su campaña electoral, el actual primer ministro, Anthony Albanese, prometió plasmar en el legislativo el compromiso con la lucha climática, al considerar que ello fomentaría las inversiones en energía renovable.
“Es hora de superar el debate sobre los objetivos y pasar al ‘cómo'”, reclamó tras la aprobación el Consejo Empresarial de Australia en la red social Twitter.
Australia, uno de mayores contaminantes del planeta si se toman en cuenta las exportaciones de combustibles fósiles, ha sufrido en los últimos años con mayor frecuencia y severidad una serie de sequías, incendios forestales e inundaciones.
Sin embargo, la nueva meta no contenta a todos los sectores políticos ya que el Partido Verde reclama una reducción de emisiones de al menos un 75 % para el 2030 y subraya la urgencia de prohibir todos los futuros proyectos de carbón y gas.