Una extraña hembra de tapir malayo con predominante piel oscura, con líneas y manchas blancas nació en el zoológico de Chester, Inglaterra, este suceso fue considerado como de “gran importancia” por la comunidad científica, ante el peligro latente de extinción al que se enfrenta este animal.
Nessa —como fue bautizada esta cría de Tapirus indicus— nació en la madrugada del 30 de noviembre y es un “rayo de esperanza” para los 2.500 ejemplares de este mamífero único entre la familia de los tapires por su piel bicolor parecido al de un panda o una cebra.
Durante las últimas tres generaciones este animal que radica entre Malasia, Myanmar, Sumatra y Tailandia ha reducido su población en un 50 por ciento, por lo que fue declarada “en peligro” (dos categorías previas a la extinción) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Las selvas tropicales son su hábitat natural, la destrucción de estos territorios ante la voraz urbanización en estos países, ha provocado que el tapir malayo emigre a nuevos territorios en búsqueda de alimento.
La UICN describió que la mayoría de la población de estos mamíferos se encuentran en áreas protegidas y fragmentos de bosque adaptados, no obstante estas condiciones reducen la posibilidad de que haya un intercambio genético entre estas especies, y se tiene estimado que en los próximos años la situación continúe por el mismo camino.
Mike Jordan, director del parque ubicado en el condado de Yorkshire del Oeste emitió un comunicado en la página del zoológico en el cual describió la presión que sufre esta especie para sobrevivir.
“El tapir malayo es una especie que está bajo una enorme presión, su número se ha desplomado en el transcurso de las últimas cuatro décadas a niveles aterradoramente bajos debido a la caza furtiva y la destrucción de sus hábitats”, describió Jordan.
Un proyecto a favor de la especie
Solo existen dos zoológicos británicos en los que resguardan a tapires malayos, en Chester tienen el objetivo de revertir su situación y buscan crear un futuro mejor para esta especie; la llegada de Nessa es un punto muy importante para este proyecto, puesto que aportará nueva genética para la reproducción de esta especie.
En Europa se sostiene un proyecto para salvar a este mamífero, en los últimos años se ha realizado una red de seguridad de tapires malayos en zoológicos del “antiguo continente”, además especialistas tienen presencia en varias partes del sudeste asiático para monitorear los especímenes en la vida silvestre.
Nessa es hija de Margery, quien llegó recientemente al zoológico de Chester y gestó durante 13 meses a su pequeña cría. Los cuidadores aseguraron que tanto madre e hija son muy cariñosas, y a la cachorra, de apenas de dos semanas de edad, le gusta explorar su entorno.
“Margery es muy buena con su ternero, Nessa es un verdadero paquete de energía, segura de sí misma y, a menudo, busca explorar, pero Marge es extremadamente atenta y siempre la vigila”, explicó Rosie Owen para la gaceta virtual del zoológico.
El origen de los tapires
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Argentina describió que el tapir es una de las especies más antiguas y emparentadas con los caballos y rinocerontes, actualmente hay cuatro especies en todo el mundo el de tierras bajas, montaña, centroamericano y el malayo.
No se sabe a ciencia cierta de donde proviene el nombre de este animal, de acuerdo con la dependencia argentina podría ser de origen del vocablo tapiich del guaraní o anta una variación del árabe lambt, que significa “cueros de gran espesor y resistencia”.
Su principal alimento son las semillas que en más de una ocasión salen intactas en sus heces, lo que aumenta la posibilidades de que germinen y crezcan nuevos frutos, por este motivo son considerados como unos de los mejores agentes dispersores que hay en el mundo animal.