El esqueleto de un tiranotitán chubutensis, de 12 metros de largo por 5 de alto, con una afilada y punzante sonrisa da la bienvenida en el hall del Museo Paleontológico de Trelew a los visitantes, quienes adentro podrán ver otras numerosas piezas en un paseo hasta los orígenes de la vida en la Tierra.
En sus cuatro salas que representan las eras cenozoica, mesozoica, paleozoica y precámbrica, el Museo Egidio Feruglio (MEF) de esa ciudad de Chubut ofrece, en un recorrido en el sentido inverso a la línea del tiempo, una organizada muestra de buena parte de sus 23 mil piezas y réplicas.
El museo cuenta con guías bilingües en castellano y francés, inglés o portugués, pero el visitante también puede elegir el sistema autoguiado con precisa cartelería explicativa en español e inglés, con gráficos y dibujos.
En el ingreso, donde está el espacio del holoceno, se encuentran las únicas figuras de seres no extinguidos: un grupo humano, ambientado en un alero con manos pintadas en las paredes como en la famosa Cueva de las Manos de Santa Cruz, con el fondo de un paisaje patagónico.
Luego vendrán los animales nunca vistos por los visitantes, de los cuales muchos jamás fueron visto vivos por ningún hombre, ya que son anteriores a la existencia humana en la Tierra.
El paseo lleva, en el primer tramo, entre antepasados del caballo, mucho más pequeños que el actual; los toxodontes, o hipopótamos y rinocerontes sudamericanos; el gliptodón, que es el peludo más viejo conocido, y el impresionante tigre dientes de sable que vivió entre hace 10 mil años y 2,5 millones.
No obstante, el diseño, ambientación y calidad de armado de las piezas constituyen un importante aporte de conocimientos y logran captar la atención de los niños, que en este paseo ideal para toda la familia, mantienen silencio ante las explicaciones de los guías y arriman sus grandes ojos extasiados a las vidrieras.
De todos modos, el pico de atención se da al entrar en la sala de la Mesozoica, que es la era en que surgieron y desaparecieron los dinosaurios, de los cuales el museo cuenta con varias réplicas erguidas y piezas originales sobre el suelo.
En esta sala el museo exhiben réplicas o datos en cartelería de las gasparinosauras o ‘dinosaurios en miniatura’, que no superaban los 50 centímetros, el extraño amargasaurus, con su esqueleto en cresta, hasta el Argentinosaurus, que con sus 35 metros de largo y sus 100 toneladas es el ser más pesado que habitó la Tierra.
Alejandro San Martín
Télam
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