Se presentó en la Universidad de San Andrés, el que podría considerarse el primer vehículo autónomo en el país.
Se trata de un Ford Fusion importado de EEUU por el Laboratorio de Inteligencia Artificial y Robótica de la Universidad de San Andrés (LINAR), sobre el cual se está desarrollando un software propio para controlar el sistema de conducción autónoma completo del automóvil.
El segundo proyecto que ya está en marcha y que también tiene un vehículo funcionando es el que lleva adelante el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) en el Parque de la Innovación de Buenos Aires, el primer HUB tecnológico, educativo y científico del que participan universidades, centros de investigación y empresas nacionales.
Las dos principales diferencias entre este proyecto y el de San Andrés, es que este vehículo no tiene una posición de conducción tradicional para que un ser humano lo guíe y que su propulsión es 100% eléctrica.
El vehículo fue adquirido a la compañía GMM de origen franco-japonés. Fue construido por otra marca francesa, Navya, especialista en movilidad autónoma, y está equipado con elementos de detección desarrollados por Valeo.
Medidas y tecnología
Es un transbordador que mide 4,78 metros de largo, 2,10 de ancho, tiene una altura de 2,67 metros y pesa 2.600 kg. Puede trasladar hasta 14 personas, 11 sentadas y tres de pie. El recorrido de este móvil autónomo está establecido a lo largo del corredor central y tendrá paradas en los cinco parques del predio, un uso similar al que ya se le da a este tipo de vehículos en varios países.
El sistema de conducción autónoma de este Navya utiliza tecnologías GNSS (superiores al GPS), que se georeferencian con el uso de satélites y LIDAR, y utilizan la localización coordinada a partir de un mapa cartografiado y modelo 3D del sitio.
“Este tipo de soluciones podrían aplicarse a situaciones donde el desplazamiento es rutinario por caminos preestablecidos, circuitos o desplazamientos de cercanía que no impliquen largas distancias o también podría pensarse su uso para desplazar pequeños grupos de personas en circuitos cerrados como podría ser un campus universitario, un barrio cerrado o circuitos turísticos por ejemplo”, dijo Raúl Marino, director del Departamento de Ambiente y Movilidad del ITBA.
La conducción autónoma es parte de lo que desarrolla la tecnología de Inteligencia Artificial (IA) y el aprendizaje automático (Machine Learning), y tiene distintos niveles de asistencia por parte de la tecnología que van desde el Nivel 1 al 5, donde el primero es aquel en el que el automóvil sólo colabora con el humano en funciones básicas y el último en el que lo reemplaza completamente.
Estos vehículos Navya que se están ensayando en el Parque de la Innovación representan el Nivel 4, en el que si bien existen los mandos que permitan una eventual acción de una persona para controlar la dirección y propulsión del transbordador, la tecnología que cuenta a bordo es suficiente como para que se pueda trasladar autónomamente bajo ciertas condiciones físicas.
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