Luego de un viaje por Europa en 2014, en el que no encontró las respuestas a sus inquietudes sobre movilidad sustentable, Juan Ignacio Guajardo, atento a esta situación, decidió desarrollar su propio modelo sustentable.
Tras un año de trabajo en una startup de carpooling (otro sistema de movilidad sustentable), Juan Ignacio diseñó un rodado a pedal, ya que consideraba que “lo más sustentable para ese tipo de movilidad es la optimización del peso”.
Con esa premisa en mente, y tras varios intentos de creación de otros modelos de rodados sustentables, en 2016 Guajardo diseñó su primer prototipo de triciclo de carga pensado, sobre todo, para que sea utilizado por los recicladores de residuos urbanos. Era el nacimiento de Torky Mobility (@Torkymobility, en Instagram), la empresa de movilidad sustentable y vehículos eficientes.
Además de los triciclos, en la empresa también fabrican bicicletas de hasta 100 kilos de carga, Torky Bike, y modelos de vehículos de hasta 300 kilos de carga eléctricos y de energía solar, Torky Quad.
Para poder desarrollar su modelo, Guajardo pasó unos días acompañando a los recicladores en sus recorridos. Primero a pie, pero después lo hizo con un triciclo cuando les prestó uno a los cartoneros para que lo prueben. “Salía con ellos tanto a la mañana como a la tarde, viendo cómo se manejaban con sus carritos. Ahí decidí hacer un modelo de triciclo especialmente pensado para que los cartoneros puedan llevar su carga de manera más fácil. Cuando el reciclador iba con el triciclo a pedal, todos lo saludaban, pasaba un camión que tocaba bocina, y los colegas le decían de dónde lo había sacado”.
Respecto de su utilidad, Juan Ignacio contó que “la primera cooperativa que se interesó por los triciclos fue El Álamo, de Constituyentes al 6200. Hasta el momento compraron 21 triciclos en dos tandas. La cooperativa Recolectores Urbanos del Oeste (RUO) también nos compró dos y les estamos por entregar otros seis más”, explicó.
Pero más allá de este indicio, Juan Ignacio contó que la venta se hace difícil en algunas ocasiones, porque “quien los compra no es el usuario final, sino otros actores. Es necesario que la persona que realiza la compra entienda la necesidad y los beneficios que genera entregar estos triciclos a los recicladores”, señaló el diseñador industrial recibido en la UBA.
En este sentido, Guajardo explicó que varios municipios se interesaron por los vehículos para después entregárselos a los recicladores. “Se los donan a distintas cooperativas a fin de reemplazar los carros tirados por caballos o los carros empujados por los propios cartoneros”, aseguró.
Hasta el momento se vendieron unos 280 triciclos. Dependiendo del modelo, su precio parte desde los $ 1,5 millones. “Vendimos a diferentes municipios de provincias como Chaco, Salta, Jujuy, Córdoba, también Pinamar y Avellaneda. El ministerio de Desarrollo Social de la Nación nos compró cuarenta y cinco triciclos que los repartió en cinco localidades del interior del país”, afirmó.
En relación con la modalidad de venta de los triciclos, el responsable del taller de Villa Devoto, junto a su socio Juan Saúl desde 2020, contó que, como primer paso, les prestan un triciclo a los interesados para que lo prueben y vean si les da resultado.
“Al principio dicen que no va a funcionar, que no van a soportar el peso, que las ruedas se van a romper, o que es muy pesado para pedalear. Pero todo cambia cuando realmente los prueban con peso –en este sentido, desde Torky aseguran que pueden cargar hasta 440 kilos, pero recomiendan no superar los 200 kilos–, ya que cuando lo prueban se dan cuenta de que resistía el peso, que era liviano de pedalear y que es cómodo de usar”, puntualizó.
Pero más allá de estas cuestiones técnicas, Juan Ignacio destacó un punto más que interesante, y tiene que ver con la relación empática de los vecinos hacia los recicladores cuando los ven con los triciclos.
“Nos llama gratamente la atención la empatía que se genera entre los vecinos y la persona que lo usa, ellos mismos te lo dicen. Cuando iban con el carro a pie era un problema, eran como fantasmas que nadie los veía. Pero ahora, cuando van con el triciclo, que tiene gráficas laterales, color y el mecanismo a pedales, le resulta más simpático al vecino. Los toman como de otra manera al punto de preguntarles cuándo van a volver a pasar así les preparan los reciclados”, graficó Guajardo.
En cuanto al diseño de los triciclos, su estructura ergonómica y la relación de pedaleo liviano evita lesiones y agotamiento de quien lo utiliza. “La persona va sentada y pedaleando hacia adelante. Es una posición que se llama recumbente, ya que el peso corporal está repartido entre la cola, las piernas y la espalda”, explicó, por último, el dueño de la firma.
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