Wildpoldsried, un pequeño pueblo de 5.000 habitantes a unos 100 kilómetros de Munich, Alemania, produce seis veces más energía renovable de la que utiliza.
Es como casi todos los pueblos de la región, pero al entrar a Wildpoldsried se observan siete aerogeneradores en las montañas, también los paneles solares instalados en los techos de la casas y establos.
Este pueblo produce seis veces la energía que consume. Por este motivo algunas compañías como Siemens buscaron colaborar con los vecinos y así aprovechar la energía que producen, ya que de no utilizarse acaba siendo desperdiciada. Por ejemplo, en 2012 Alemania perdió 385 GWh de energía renovable por no tener tecnología capaz de almacenarla o distribuirla.
Desde 1999 los habitantes votaron para instalar los paneles solares en todos los edificios públicos, la meta era que para 2020 toda la energía consumida fuera renovable. Ese objetivo se cumplió en 2012.
Gracias a esta forma de producir energía, el consumidor se convierte en el productor de su propia energía, así el costo por kilovatio es de €0.57 (USD $0.80). Esto fue posible porque se contó con el apoyo de la gente interesada en las energías renovables -en primera instancia, por la catástrofe de Chernóbil en los 80.
Después de la tragedia de Fukushima, el gobierno alemán comenzó a promover el uso de energías verdes. Incluso, el alcalde de Fukushima visitó el pueblo de Wildpoldsried para conocer la forma en que se abastecen de energía y todavía pueden donarla a los pueblos colindantes.
Además de aprovechar el sol y el viento, el pueblo tiene una tubería de 4km que lo cruza para transportar combustible que se genera en una planta de biogás. Con 70 vacas, las cantidades de estiércol son suficientes como para producir gas, junto con el maíz que se cultiva en la misma localidad, y que sirven para generar electricidad. Con el calor residual, pueden calentar el agua de sus hogares.