En el 2023, el porcentaje de empresas con objetivos definidos de eficiencia energética sigue creciendo y el 37% se mostraba comprometido ya a alcanzar cero emisiones netas, de acuerdo a un informe de Accenture.
Se trata de una compañía global de servicios profesionales que ayuda a las principales empresas, gobiernos y otras organizaciones a construir su núcleo digital, optimizar sus operaciones, acelerar el crecimiento de los ingresos y mejorar los servicios al ciudadano, creando valor tangible a velocidad y escala.
Su informe advertía que, entre las empresas que hacen públicas sus emisiones, la mitad seguía reduciéndolas, un tercio no lo hacía con la rapidez necesaria y solo el 18% estaba bien posicionadas para alcanzar el objetivo ‘Net Zero’ en 2050.
En cambio, durante lo que va del 2024 se incrementó en un 20% la cantidad de empresas que se encuentran llevando a cabo planes para reducir sus emisiones.
En este contexto, desde la consultora internacional se han identificado 20 medidas imprescindibles para descarbonizar toda la cadena de valor, que van desde el uso de energía renovable hasta la eliminación de carbono, pasando por el cambio de modelos de negocio.
“Los métodos más conocidos son también los más utilizados, mientras que los menos usados no siempre son los menos importantes sino los más difíciles de aplicar, aunque serán fundamentales para alcanzar el objetivo deseado”, destaca el paper que recomienda utilizar cada vez más métodos “ya que también es fundamental para el éxito”.
En general, las empresas que adopten menos de 10 métodos seguirán emitiendo cada vez más, pero las que apliquen 10 o más tendrán muchas más probabilidades de llegar al objetivo ‘Net Zero’, se destaca.
Por eso en el caso de la Argentina, la consultora recomienda y califica como “fundamental” la necesidad de mitigar el impacto climático de los sistemas energéticos, teniendo en cuenta que se ha convertido en una prioridad en todo el mundo.
Para Accenture, abordar este mecanismo de forma eficiente y sustentable es el mayor de los desafíos de las compañías locales para luego comenzar a implementar acciones pasivas que se enfoquen en mejorar los controles operacionales y en acciones activas, con inversión tecnológica, y así reducir el consumo energético.
Crear argumentos para avanzar en la eficiencia energética
El trabajo destaca que el 80% de las emisiones mundiales de carbono son generadas por la energía utilizada en el transporte e industrias, y recuerda que por eso es que, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima de 2023 (COP28), más de 120 países acordaron duplicar la eficiencia energética y triplicar el despliegue de energías renovables para 2030.
Se trata de un compromiso que no sólo pretendió impactar a nivel ambiental, sino también, procuró crear argumentos empresariales a favor de la eficiencia energética y, particularmente, hacia la transición a fuentes renovables.
Esto, según Accenture, significa que la optimización del uso de la energía genera un triple impacto de valor: en costos al minimizar los relacionados con la energía y optimizar las inversiones; Impacto en emisiones mediante la reducción de las generadas por las operaciones mediante iniciativas con retorno sobre las inversiones y por último impacto reputacional al promover prácticas de sustentabilidad tangibles para afianzar inversores, clientes y cumplir con las regulaciones.
En este sentido, Accenture advierte que “todas las grandes compañías necesitan trabajar en su transición energética, comenzando a consumir fuentes renovables y sostenibles”.
Este proceso implica la transformación de la infraestructura energética, la eliminación gradual de los combustibles fósiles y la adopción de tecnologías y prácticas más limpias y eficaces.
Transición sostenible en los negocios
En esta línea, un informe del Word Economic Forum dio a conocer que alrededor del 60% de la electricidad de Argentina; América Latina y el Caribe proviene de fuentes de energías renovables, lo que, en comparación, representa el doble del promedio mundial.
En este sentido la región y Argentina, Brasil, Chile y México, se presentan como lugares de gran potencial para el desarrollo de una transición sostenible hacia la energía limpia.
“Esto colaborará en el camino hacia una nueva economía energética mundial”, destaca el informe de la consultora donde se agrega que, en la actualidad, las tendencias del mercado energético demuestran la necesidad de reducir la demanda y descarbonizar el suministro de energía.
Esta visión resulta ser económicamente viable para las empresas y atractiva para los inversores, lo cual convierte al camino hacia la eficiencia energética en un proceso real, integral y sostenible.
Asimismo, es una realidad que gracias a los avances tecnológicos y al mejor uso y análisis de los datos, las organizaciones tienen más oportunidades para lograr mayores ahorros y acelerar su transición a cero emisiones.
Pero, según Accenture, la clave está en la eficiencia operativa digitalmente habilitada, es decir, en la capacidad de utilizar la inteligencia para optimizar procesos y costos, tanto energéticos como operacionales, repercutiendo en la rentabilidad de la compañía.
Al respecto, Nicolás Ruiz Moreno, Senior Manager de Eficiencia Energética de Accenture Argentina, considera que el desafío está en buscar, concebir y convertir a la eficiencia energética en una capacidad integrada para el negocio. “De esta forma, la conciencia de ahorro hacia la transición energética será parte integral de las estrategias y planes de toda la compañía con beneficios significativos, alcanzando una transición justa y completa” agrega.
Sistema de gestión energético eficiente
Siguiendo la misma lógica, Accenture investigó y determinó que se puede reducir entre un 20% a un 30% el uso de energía mediante la implementación de mejores prácticas de eficiencia energética.
Asimismo, explica que, para alcanzar este objetivo, las empresas argentinas deben de pensar en un Sistema de Gestión de la Energía (SGEn) integral y sostenible, basado en un conjunto de herramientas orientadas a la mejora continua del desempeño energético y planteando objetivos de corto, mediano y largo plazo:
- Corto plazo (6-12 meses): el foco estará en la recolección de datos, identificación de anomalías y oportunidades inmediatas para crear un panorama general del uso de la energía, así como el impulso de campañas y acciones que ayuden a modificar el comportamiento de los colaboradores y, consecuentemente, ahorrar energía.
- Mediano plazo (1-2 años): las empresas deben centrarse en la optimización a partir de mejoras continuas y la incorporación de decisiones de eficiencia energética en controles y procesos automáticos en sus edificios, transportes y operaciones, incluso extender la mirada a clientes, proveedores y colaboradores.
- Largo plazo (2 años en adelante): con un enfoque de Reinvención Total de la Empresa, las compañías tienen que ir un paso más allá y transformar de dónde proviene su energía.
Impacto en los negocios en energía eficiente
En el trabajo se destaca un ejemplo de cómo Accenture colaboró con una estrategia para alcanzar la eficiencia energética se convierte en realidad, es el caso del Metro de Madrid.
Allí, mediante el desarrollo de un sistema de ventilación basado en IA, se logró mejorar el sistema de ventilación reduciendo el costo de operación en un 25% y evitando la emisión de 1,800 toneladas de CO2.
Sin embargo, para la consultora, no solo las industrias de gran uso energético se pueden ver beneficiadas. También puede aplicar a un negocio minorista promedio ya que si logra reducir los costos energéticos en un 20%, puede aumentar tanto su rentabilidad como las ventas hasta en un 5%.
En este sentido, Accenture asegura que “implementar procesos y herramientas para lograr eficiencia trae múltiples beneficios a las empresas de todos los sectores”.
Sin embargo, advierte que aún existe la percepción de que las medidas para la eficiencia energética son un programa aparte, cuando en realidad deberían estar integradas en la estrategia y operaciones diarias de la compañía.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
