Los tigres vuelven a Kazajistán después de 70 años de extinción

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Los tigres desempeñan un papel crucial en la conservación de los ecosistemas, ya que, como depredadores, contribuyen a mantener el equilibrio y la funcionalidad de los mismos. Pero su importancia no los protege del peligro de extinción, y la especie vive -en estado salvaje- un declive global.

Hace setenta años, la caza acabó con los últimos tigres salvajes de Kazajistán (donde históricamente habían habitado). Sin embargo, nos llega una buena noticia: y es que ahora existe la posibilidad de que regresen gracias a un programa de reintroducción dirigido por el Gobierno de Kazajistán con el apoyo de WWF y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Bodhana y Kuma, la pareja que lo empezará todo

El retorno de los tigres en Kazajistán tiene, por el momento, dos protagonistas: Bodhana y Kuma, una pareja de tigres de Amur, que han sido reubicados desde el Santuario Anna Paulowna (Países Bajos) a la Reserva Natural de Ile-Balkhash (Kazajistán). Ambos tigres, macho y hembra, serán alojados en un recinto seminatural de tres hectáreas de esta reserva y se espera que sus futuras crías sean liberadas para convertirse en los primeros tigres salvajes en habitar la región desde hace décadas.

Por otra parte, se destaca que la traslocación Bodhana y Kuma es la primera de varias previstas en los próximos años, y que el objetivo es construir una población sana de unos 50 tigres salvajes para 2035, empezando por esta pareja pionera para la cría.

“El día de hoy marca un hito histórico en la conservación para devolver los tigres a Kazajistán y Asia central”, declaró Stuart Chapman, responsable del programa de Tigers Alive de WWF en un comunicado, y añadió: “Esta reintroducción de tigres es un paso fundamental no sólo para devolverlos a su patria histórica, sino también para recuperar la naturaleza de todo un ecosistema”.

Reintroducir especies presa, una clave del proyecto

Laura Moreno, responsable del programa de especies de WWF, explica al porta National Geographic España que antes de esta primera reintroducción se ha realizado un trabajo previo que incluye, por ejemplo, la selección de hábitats y el análisis de disponibilidad de presas.

Para asegurar la viabilidad del proyecto y recuperar tanto a los tigres como al ecosistema, se ha realizado una restauración de la zona, con una reforestación de más de 50 hectáreas de árboles autóctonos y la reintroducción de especies presa clave para los tigres, incluidas especies en peligro como el ciervo de Bukhara y el Kulan (asno salvaje asiático).

“Para Kazajstán es una gran prioridad trabajar en la restauración de especies raras”, declaró el Viceministro del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales de Kazajistán, Daniyar Turgambayev, en un comunicado. “A nivel ecológico, esto es importante para que se restaure nuestra cadena de biodiversidad, así como también lo es que se reintroduzca aquí el tigre que una vez vivió en esta zona”, añadió.

“un proceso histórico”

Por otra parte, Moreno explica que antes de realizar esta primera reintroducción fue necesario también realizar una preparación a nivel social, para lograr que las comunidades locales apoyen el proyecto. “Y la población en este caso está convencida de que este es el camino a seguir”, especifica la responsable del programa de especies de WWF.

Adilbaev Zhasar, jefe del grupo comunitario local «Auyldastar», forma parte de la población de los alrededores de la Reserva Natural de Ile-Balkhash que ha apoyado el proyecto, y explica así el porqué: “Con la puesta en marcha del programa de reintroducción del tigre hemos sido testigos de un cambio significativo: el renacimiento de la naturaleza y de nuestro pueblo de Karoi”.

Zhasar añade que, además de restaurar ecosistemas perdidos, sienten que este proyecto también está llenando a las poblaciones locales de “orgullo por participar en un proceso histórico” y además, les está dando nuevas oportunidades de desarrollar pequeñas empresas y nuevos puestos de trabajo en el pueblo gracias a las subvenciones que han recibido para poder, por ejemplo, dedicarse al turismo del tigre.

Un pequeño aliento para la vulnerable situación del tigre

Los tigres (Panthera tigris) están clasificados como especie En Peligro de extinción según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). A principios del siglo XX, se estimaba que había alrededor de 100.000 tigres en estado salvaje, pero esta cifra se redujo drásticamente, y para el año 2013 quedaban apenas 3.000 ejemplares.

Laura Moreno señala: “Pero frente a esos 3.000 tigres en estado salvaje, hay 20.000 en cautiverio. Estamos extinguiendo a la especie, desaparece en la naturaleza, mientras crece el interés por mantenerla en cautiverio”. Sin embargo, hay pequeñas señales alentadoras.

Moreno destaca que, en 2016, por primera vez en décadas, la población salvaje de tigres mostró un leve incremento, alcanzando los 3.800 ejemplares. “Es un aumento pequeño, pero en medio del declive, ofrece esperanza”, añade. La reintroducción en Kazajistán podría convertirse en otra de ellas.

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