La leña es uno de los combustibles que más se utiliza para la calefacción en los hogares, sin embargo debido a los altos índices de contaminación, cada vez surgen nuevas políticas que desincentivan su uso.
Así es como la restricción ambiental y diversos programas para reemplazar las estufas a leña por sus pares a pellet, son algunas de las soluciones para afrontar la problemática de la contaminación.
Pero además del pellet, existen otras alternativas a la hora de calefaccionar. Una de ellas es la cáscara de avellana, residuo obtenido de la industria frutícola de la zona central de Chile.
En este tema, el Centro de Sistemas de Ingeniería de la Universidad de Talca, y AgriChile, realizaron un estudio en el que analizaron las propiedades de la cáscara de avellana.
El poder calorífico de la cáscara (17,5 MJ/kg , según el estudio) es casi tan alto como el de la leña (18,5 MJ/kg) y se suma a otras propiedades como la combustión eficiente de este material o la máxima limpieza y mínima ceniza, lo que permite su fácil manipulación.
‘Este sistema permite encender de buena forma el combustible y que dure un tiempo considerable en el hogar y no se extinga al cabo de una hora, sino que dure lo mismo que una carga de leña”, explicó Carlos Torres, director del Centro de Sistemas de Ingeniería de la Universidad de Talca, que ya está trabajando con una empresa del sector para llevar esta solución a los hogares en 2016.
Los resultados del primer estudio posicionan a la cáscara de avellana como una buena alternativa a la leña, algo que ya se ve en países como Italia, Turquía y Estados Unidos.