Los animales que son sacados de su hábitat natural y forzados a vivir en cautiverio sufren importantes daños físicos y psicológicos. Recientemente, una investigación llevada a cabo por científicos neozelandeses advirtió que las orcas que viven en cautividad sufren serios daños en su dentadura.
El estudio analizó los casos de 29 ballenas que forman parte de una empresa de Estados Unidos y España y concluyó que la totalidad de ellas sufre daños en su dentadura por morder las barras de metal y piezas de cemento.
Así, un 65 por ciento de los ejemplares analizados sufre desgaste que va de moderado a extremo mientras que un 60 por ciento debió ser sometido a una intervención dental.
‘Una vez que el diente se desgasta hasta el punto en que se expone la pulpa se abre paso a las enfermedades y las infecciones. Hemos registrado que más del 60 por ciento del segundo y tercer diente de la mandíbula inferior está roto y esta cifra tan alta está vinculada a las perforaciones’, explicó Carolina Loch, coautora del estudio.
La investigación también advierte que estos daños pueden llegar a ser mortales o bien motivar terapias con antibióticos crónicos que debilitan el sistema inmunológico de las orcas, lo que les impediría sobrevivir en su hábitat natural si alguna vez llegan a ser liberadas.