El Zoo de Buenos Aires ya no será el mismo. En el mediano plazo, la ya famosa orangutana Sandra, a quien la Justicia le otorgó un hábeas corpus, y la elefanta Mara, que por años vivió en el circo Rodas, serán trasladadas a centros de conservación más acordes con las latitudes que originalmente hubieran habitado.
Estas dos medidas son parte de la propuesta iniciada en el Zoo para convertirse en un centro de conservación, investigación y educación. Ya no se recibirán más animales exóticos y se evaluará en toda su colección, de unas 2000 especies, qué otros animales pueden ser trasladados.
‘El gran desafío es lograr que el espacio siga siendo atractivo. Hoy, 3,5 millones de personas visitan el lugar por año. Es un centro de atracción muy grande y lo que se busca es que tenga una conexión con los espacios verdes que lo rodean’, indicó Juan Carlos Villalonga, presidente de la Agencia de Protección Ambiental porteña e integrante de la comisión reformadora.
Dentro del plan de reforma se incluye también un fondo anual de 1,3 millones de pesos para proyectos de conservación de fauna dentro o fuera del zoológico, incluso en otros puntos del país.
‘La idea es transformar verdaderamente al zoológico. Va a ser activo promotor de conservación en el país. E imponer la idea de que ya no es un lugar de encierro’, agregó Villalonga.