El tráfico de aves es una actividad que crece y que mueve mucho dinero, mata a cientos de animales y deja una gran secuela en los que sobreviven a los insalubres y agotadores viajes desde el interior y el norte de Argentina.
El loro hablador y el cardenal amarillo son las aves más codiciadas por su canto y belleza. Hay por lo menos medio centenar de especies que se trafican cotidianamente.
La semana pasada se realizó un allanamiento en Cipolletti; se secuestraron 45 animales de 10 especies distintas.
‘El delito está comprobado, por el solo hecho de tener aves enjauladas sin permiso, pero se investigará si también hay otros delitos como la caza’, detalló el fiscal que entiende de la causa. La caza no agrava la infracción, pero podría generar que la pena se estipule más cerca de la máxima que de la mínima.
Por este delito el código establece una pena de prisión que va de 2 meses a 2 años. La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Río Negro prevé multas que parten de los mil pesos y llegan a los 200 mil pesos.