En abril de 2021, un equipo de exploradores submarinos de la organización Caladan Oceanic realizó una inmersión al este del mar de Filipinas en busca de los restos del USS Johnston, un buque estadounidense hundido durante la Segunda Guerra Mundial.
Casi un año después, el equipo se percató de que además del destructor, los registros de video de las distintas inmersiones habían captado una de las especies más escurridizas del fondo marino:
Se trata de un individuo de la familia de los magnapínidos (Magnapinnidae), un grupo de calamares gigantes que se caracterizan por tener ocho brazos y dos tentáculos delgados con una distribución irregular. Sus extremidades pueden alcanzar hasta veinte veces el tamaño del resto de su cuerpo, con una longitud máxima reportada de 6.4 metros de largo.
El hallazgo fue realizado por Alan Jamieson, investigador de aguas profundas de la Universidad del Oeste de Australia, quien analizó cuadro por cuadro el video en busca de algún detalle que hubiera pasado desapercibido para la expedición.
Tras analizar el recorrido de un par de siluetas que cruzan el plano en cuestión de segundos en el registro de video, Jamieson compartió el material con Mike Vecchione, zoólogo del Smithsonian Institution, quien confirmó las sospechas iniciales.
A partir de su tamaño, ambos sugieren que se trató de un magnapínido juvenil que se desplazaba rápidamente a una profundidad inédita para la especie, unos 6,212 metros debajo del nivel del mar. De confirmarse, el avistamiento romperá el récord de profundidad para esta especie, fijado en 4,735 metros bajo el nivel del mar.
Se cree que los calamares magnapínidos habitan más allá de los 2 mil metros de profundidad en todos los océanos del mundo; sin embargo, sus avistamientos son inusuales.
Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), sólo se han documentado doce encuentros entre vehículos remotos de exploración e individuos del género; el más reciente data de noviembre de 2021, cuando la expedición Windows to the Deep 2021 de NOAA captó un individuo en el escarpe de Florida, un acantilado submarino ubicado al oeste de Florida, donde el suelo marino de la plataforma continental pasa de los 100 metros a un abismo de poco más de 3,000 metros de profundidad.