Jordania emprendió una carrera contra el reloj para salvar a la carpa del mar Muerto, un pez diminuto en peligro de extinción que vive en un humedal.
Es un pez de 4 cm de largo de color plateado con reflejos azules si es macho y rayas negras si es hembra. Desde 2014 está incluido en la lista de “especies en peligro de extinción” establecida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) con sede en Suiza.
El único lugar donde se encuentra la “carpa del mar Muerto”, cuyo nombre científico es Aphanius Dispar Richardsoni, es la reserva de Fifa, a 140 km al suroeste de Ammán.
Esta zona, creada en 2011 y gestionada por una oenegé independiente, la Royal Society for the Conservation of Nature (RSCN), se halla a 426 metros bajo el nivel del mar, por lo cual se considera, según la Convención internacional de Ramsar, el humedal más bajo del mundo.
Aunque la mayor parte de Jordania es desértica, esta reserva de 20 km2 está atravesada por arroyos y alberga muchas especies, sobre todo pájaros.
“Este pez solo existe aquí y hemos tomado medidas para impedir su desaparición”, declaró Ibrahim Mahasneh, director de la reserva, situada a 60 km al sur del mar Muerto.
“Estamos estableciendo un hábitat específico que lo pondrá al abrigo de los depredadores”, explica Mahasneh.
“Diversas amenazas pesan sobre esta especie, como los bajos niveles de agua debido a la escasez de lluvias, pero también la presencia de peces que se los comen y también a sus huevos”, explica Abdalá Oshush, un experto en medio ambiente que trabaja en la reserva.
Es imposible saber cuántos hay porque estos peces, que soportan un alto grado de salinidad, se mueven en los cursos de agua. “Sin embargo, nuestros programas de vigilancia han mostrado un notorio declive en su presencia en los últimos años”, asegura.
Dentro de un mes se habrá creado un estanque artificial reservado a este tipo de peces para que crezcan y que sus huevos no sean devorados por los depredadores. Cada año una hembra pone mil huevos.
“El objetivo es devolver cada año a su entorno natural una parte de estas carpas después de haber alejado a las gambusias o los cíclidos (dos tipos de peces) ávidos por estas carpas. Con el tiempo las salvaremos de la extinción”, sostiene Oshush.
La “carpa del mar Muerto” es una de las “dos especies únicas en el mundo” que vive solo en Jordania, recalca Salem Nafaa, portavoz de RSCN.
“Estos son nuestros tesoros y tenemos que salvarlos absolutamente para nuestro ecosistema”, añade.
Hace 29 años, la oenegé ya salvó de la extinción a la otra especie, el ciprinodonte de Azraq, un pez también conocido como Aphanius Sirhani y que vive en la reserva de Azraq, a 110 km al este de Ammán.
“En 2000, apenas había 500 peces de esta especie en este oasis (…) Solo representaba el 0,02% de los peces”, recuerda Nashat Hmaidan, encargado del seguimiento de la biodiversidad en la oenegé.
“Este pez plateado con manchas o rayado de 6 cm estaba a punto de desaparecer”, explica, porque, al igual que la “carpa del mar Muerto”, el ciprinodonte era víctima de peces depredadores o aves migratorias, así como de la caída en el nivel de agua dulce.
“Después de estudiar su patrón de reproducción y descubrir que necesitaban agua poco profunda para poner huevos, los aislamos en un estanque artificial para que se reproducieran”, cuenta.
Tras garantizar su supervivencia, el equipo rehabilitó otros estanques naturales en este oasis, trayendo agua cada cierto tiempo antes de liberarlos en su entorno natural.
“Fue un éxito inmenso”, afirma con orgullo Hmaidan, puesto que ahora los ciprinodontos representan “dos tercios de los peces del oasis”.
Pero, advierte, “su presencia no debe nunca caer por debajo del 50%”.