Decenas de pingüinos de Humboldt, una especie amenazada que anida sólo en Chile , se asolean en el islote Pájaro Niño en la costa central chilena: antes eran miles, pero la actividad humana, la corriente El Niño y las ratas hacen peligrar su supervivencia.
“Antes estaba todo esto lleno de pingüinos y de pájaros, pero con el tiempo comenzaron a disminuir”, cuenta Rubén Rojas, un pescador de la zona, mientras señala el pequeño islote de forma ovoide, de unos 200 metros de diámetro y unos 40 metros de altura.
Pájaro Niño fue declarado Santuario de la Naturaleza en 1978, en la misma fecha en que fue unido al continente por medio de una especie de brazo de cemento que cubre los cerca de 150 metros que lo separan de tierra firme. Técnicamente es hoy una península.
Los trabajos se realizaron para dar lugar a la Cofradía Naútica del Pacífico Austral, un exclusivo club de yates de magnates chilenos. Pero para los habitantes de Algarrobo eso fue el inicio del paulatino detrimento de la flora y fauna del islote.
En el último verano (austral) las creencias de los pobladores se vieron confirmadas al difundirse un vídeo que mostró a trabajadores de la Cofradía rompiendo los huevos de los pingüinos, para evitar que se sigan reproduciendo.
“Si exterminan todo, se acaba todo el mugrerío (basura) que hace que la isla se ponga hedionda”, reflexiona el pescador Rubén Rojas, sobre las razones detrás de la matanza.
La Cofradía Náutica negó las acusaciones y se comprometió a impulsar iniciativas para proteger a los pingüinos.
La justicia chilena investiga las denuncias, mientras la comunidad de Algarrobo se moviliza para proteger la especie a través de las redes sociales.