Luciano Romero y Andrés Kopecky, ambos choferes de la línea de colectivos Albus, cumplían su pasaje de manera normal y tras un flash de situaciones de pronto uno de ellos se encuentra con un cóndor hembra entre sus brazos envueltos en una frazada.
El animal estaba herido al costado de la ruta y ellos lo rescataron y luego lo trasladaron hasta la oficina de Guardaparques del Parque Nacional Laguna Blanca.
“Yo venía manejando y vi un bulto negro al costado de la ruta. Lo divisé desde lejos y cuando pasamos lo mire bien y era un cóndor. Así que frené, regresamos unos metros y con mi compañero nos bajamos a verlo. Estaba prácticamente inmóvil y se lo veía muy decaído y con algo de sangre en su cabeza”, contó Luciano en contacto con el portal Mejor Informado.
Luego siguió relatando que normalmente entre sus pertenencias siempre lleva una frazada, por lo que decidió ir a buscarla y proceder a envolverlo y subirlo en brazos al colectivo. Mientras tanto los pasajeros eran testigos de una situación poco común pero no menos increíble y única.
El rescate del cóndor andino hembra
Ambos choferes son oriundos de zonas cordilleranas y ya han tenido situaciones cercanas a los cóndores, por lo que su experiencia les dijo rápidamente que el cóndor que habían rescatado se trataba de una hembra.
El escenario de este increíble encuentro fue a pocos kilómetros de Zapala, precisamente en la zona donde se bifurcan las rutas 40 y la 46, que es la que tiene como destino a Aluminé. Desde ese lugar hasta la oficina del guardaparque hay aproximadamente 6 km.
“A partir de esa situación Andrés tomó el volante y yo cargue al cóndor. La idea en principio era llevarlo hasta Aluminé por la razón de que allí hay veterinarios y personal de Fauna, pero luego por cuestiones de distancia decidimos dejarlo en el Parque para que ellos tomaran las medidas del caso”.
Luciano recordó también que para ellos en los recorridos de colectivos es frecuente verlos volar a lo lejos, razón por la cual la situación vivida en la tarde de hoy cerca de las 14.30 hs. será algo difícil de olvidar.
“Afortunadamente lo alcanzamos a ver porque cuando bajamos pudimos observar que ya lo estaban rondando varios chimangos y algunos jotes y eso sumado al calor extremo que hacía el animal estaba condenado a morir”.
Consultado por las heridas que tenía el animal, Luciano dijo que “las heridas no las vimos. Sí tenía un poco de sangre en la cabeza, no sé exactamente qué puede haber sido. Puedo imaginar que tal vez fue por un picotón de algún otro pájaro que se lo ha querido comer antes que nosotros llegáramos”
Los choferes del milagro
Los colegas choferes hace 8 años que comparten trabajos en la empresa de transporte de colectivos y hace un año completan el recorrido Neuquén –Villa Pehuenia cuatro veces por semana: lunes, miércoles, viernes y domingo. Fueron asignados a este recorrido por el conocimiento del manejo en rutas cordilleranas. Luciano es oriundo de Aluminé y Andrés de Villa La Angostura.
Sobre la experiencia de haber tenido el ave emblemática de la zona cordillerana en sus faldas, Luciano dijo que “la verdad que fue algo maravilloso y único. Son aves que siempre se ven muy lejos y a mucha altura. Es muy difícil verlos de cerca y tener uno hoy en brazos fue una verdadera bendición”.
Sobre el porte del animal dijo que era de tamaño mediano. “No era ni muy grande ni muy chico, yo estimo que pesaba alrededor de 12 kg. Le doy gracias a la vida por permitirme tener en brazos a un ave en peligro de extinción y de haber contribuido junto a mi compañero Andrés en salvar su vida. La verdad fue un milagro para todos”, cerró Luciano.
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