Las especies invasivas contra las que se lucha suelen ser poco atractivas y no generan un gran estima entre la población general. Los cisnes, sin embargo, son uno de los animales más queridos, representando incluso para muchos un símbolo de amor. Por eso, la intención del departamento de conservación medioambiental del Estado de Nueva York de eliminar a las 2200 aves, como publica el New York Times, ha generado mucha polémica.
El cisne vulgar o cisne mudo fue introducido en Estados Unidos a finales del siglo XIX procedente de Europa por su atractiva estética. Sus largos cuellos y su plumaje blanco como la nieve han hecho muy popular a esta especie. Pero las elegantes aves acuáticas también tienen un lado oscuro: destruyen el hábitat de los patos y gansos nativos y atacan a las personas. Estos son los argumentos esgrimidos por el departamento para declarar a los cisnes ‘especie invasiva prohibida’.
Para eliminar a las 2200 aves se han propuesto dos vías: dispararles o capturarlos y tirarles gas tóxico. Los huevos de los nidos serán rociados con aceite para evitar su eclosión. El plan ha enfrentado a organizaciones conservacionistas con activistas por los derechos de los animales, que se muestran horrorizados. GooseWatch NYC ha denunciado la propuesta y dos docenas de organizaciones dedicadas a la conservación de la naturaleza lo están considerando.
El director de conservación y ciencia de la sucursal neoyorquina, Mike Burger, ha declarado que el grupo se reunirá pronto para alcanzar una posición oficial, pero se prevé un respaldo unánime al plan gubernamental. ‘Nos sentimos cómodos apoyando al departamento de estado en este asunto’, ha manifestado Burger. ‘Estamos a favor de métodos de control no letales, cuando sea posible, pero en este caso creemos que son necesarios para reducir la población de cisnes a los niveles deseados’.
Muchos ciudadanos se han mostrado sorprendidos y han expresado su consternación por la noticia, siempre según el periódico americano. ‘Si hubieran nacido aquí, serían considerados nativos’, opina Michael Vangi, hijo de padre italiano, mientras observa a los cisnes de la bahía de Brooklyn. ‘Es un desastre. ¿Así tratamos a los inmigrantes?’, añade Joseph LoRe, haciendo una analogía con la población inmigrante de Nueva York.