El Fondo Mundial para la Naturaleza lanzó una campaña para frenar la masacre de elefantes, tigres, orangutanes y otros animales salvajes, ante la emergencia generada por la caza furtiva, que se traduce en ganancias de más de 23 mil millones de dólares anuales para la criminalidad y alimenta el tráfico de drogas, de armas y el terrorismo.
El panorama no podría ser más aterrador: en 40 años se perdió el 52% de las poblaciones de numerosas especies de vertebrados, y en particular la masacre afecta a leones, elefantes, tigres, rinocerontes, orangutanes y otras especies.
Según el último índice de Planeta Viviente elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza con la Sociedad Zoológica de Londres, a causa de la caza furtiva mueren cada día más de 70 elefantes y unos 200 mil escualos; cada semana, casi tres tigres y 20 rinocerontes. Sólo en Italia más de 400 lobos son masacrados por cazadores furtivos con armas de fuego, trampas y venenos.