Las dos elefantas Pocha y Guillermina, madre e hija, recientemente trasladadas del Ecoparque Mendoza al único santuario de elefantes de Latinoamérica ubicado en el estado de Mato Grosso, Brasil; ya disfrutan de su nueva vida en un imponente paisaje compuesto de más de 1.500 hectáreas de naturaleza. Llevan 8 días en su nuevo hábitat y se están adaptando muy bien a su nuevo entorno.
Pocha y Guillermina emprendieron viaje al santuario en donde pasarán el resto de sus vidas ubicado en Brasil, el sábado 6 de mayo por la tarde. Ambas elefantas fueron acompañadas durante todo el camino por una comitiva de entrenadores, veterinarios y cuidadores del Ecoparque Mendoza y del Santuario de Elefantes Brasil (SEB) y el secretario de Ambiente de la provincia, Humberto Mingorance, quienes fueron los responsables de cuidar y garantizar la seguridad, el bienestar y la integridad de los animales durante todo el viaje.
Las elefantas disfrutan de las instalaciones del santuario, ubicado en el estado de Mato Grosso, donde fueron recibidas por el nuevo equipo de especialistas que se encarga de brindarles una mejor calidad de vida junto a otros elefantes.
Pocha y Guillermina son madre e hija, una de 56 años y la otra de 24. Pocha llegó de Londres y Guillermina nació en el que fue el Zoológico de Mendoza, donde ha pasado su vida junto a su mamá y Tamy, su padre, que es otro de los elefantes africanos que vive en el Ecoparque y que posteriormente será derivado al mismo santuario junto a Kenya.
Santuario de Elefantes Brasil (SEB), es una organización sin fines de lucro que ayuda a transformar las vidas y el futuro de los elefantes cautivos en América del Sur. Su origen se remonta a 2012, a partir de la alianza internacional entre Elephant Voices y Scott Blais, cofundador de The Elephant Sanctuary en Tennessee, EEUU. Esta alianza dio lugar a Global Sanctuary for Elephants, que en 2013 sienta las bases de la Asociación SEB en suelo brasileño.
El santuario obtuvo la habilitación de operación por parte del Gobierno brasileño en 2018 y recientemente, certificó estándares de excelencia por parte de The Global Federation of Animal Sanctuaries, convirtiéndose en la única institución latinoamericana con este prestigioso aval.
El santuario presenta un bioma apropiado para la especie, posee recintos completamente naturales disponiendo de matorrales y áreas abiertas cubiertas de vegetación. Cada recinto tiene dimensiones muy amplias (entre 40 y 400 hectáreas cada uno). Allí, se les proveen dietas excepcionales a los animales y tienen atención veterinaria de alta calidad durante toda su vida.