Pese a que no hablan ni manifiestan su dolor, los animales también sienten. El mejor ejemplo fue Masha, una osa hembra rescatada de la guerra en Ucrania, y que ha llegado “temblando” a su nuevo refugio en Rumanía.
La guerra en Ucrania está pasando factura a todo tipo de seres vivos. Principalmente a los humanos, que huyen con lo puesto de los horrores que están viviendo en su país, entre los ataques rusos y las sirenas antiaéreas que suenan con fuerza a lo largo de las principales ciudades, como en Kiev, donde la población sigue resistiendo pese a los esfuerzos de Rusia por dominarles.
Pero, no solo los humanos están pagando las consecuencias. También los animales, quienes, en la medida de sus capacidades, buscan ayuda para poder sobrevivir. La mayoría, o bien huyen de sus refugios para irse a los bosques, o tratan de ponerse a salvo en lugares donde puedan esconderse y tengan pocas probabilidades de ser alcanzados por un artefacto explosivo.
Uno de los casos más novedosos, y que ha dado la vuelta al mundo, fue el rescate de Masha, una osa hembra que ha pasado de ser integrante de un circo en Ucrania a marcharse a Rumanía. Su experiencia sobreviviendo en medio de la guerra fue tan terrible, que, según cuentan quienes la llevaron hasta allí, llegó “temblando” a su nuevo hogar.
Masha's relocation has been successful! As of this morning, the 22-year-old ex-circus bear is in her new home at @LibeartyBears in Romania ❤️
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Las secuelas psicológicas de la guerra
World Animal Protection se encargó del traslado final de Masha, que recorrió más de 225 kilómetros hasta llegar a su destino. El hecho de que llegara temblando ha puesto de manifiesto las crueles experiencias que tienen que vivir también los animales, que, al no poder controlar las cosas de la misma manera que los humanos, se asustan con mayor facilidad.
En el caso de los animales, es preocupante que puedan padecer secuelas con el paso de los años si viven situaciones de este calibre, que sean muy prolongadas. También en los humanos, sobre todo en el caso de los niños, de los cuales, avisa la OMS, la guerra se está cobrando la peor parte, especialmente de quienes han tenido que huir de su país por el conflicto.