Los bosques de Madagascar se están convirtiendo en tierras agrícolas a una tasa del 1% anual y gran parte de esta destrucción se debe al cultivo del principal cultivo básico del país: el arroz. Pero estos campos se enfrentan a las plagas que diezman las cosechas. Aquí entran en juego los murciélagos que proporcionan un eficaz servicio de control de plagas al alimentarse de los insectos. Esta incuestionable “ayuda” a los agricultores podría servir para aliviar la presión que existe sobre los bosques, principal hábitat de los murciélagos, sustituidos por nuevos cultivos.
Esta es la conclusión de un estudio, publicado en la revista Agriculture, Ecosystems & Environment y liderado por la Universidad de Cambridge, que demuestra que los murciélagospodrían impedir que las plagas de insectos arruinen grandes cantidades de arroz, y que los agricultores destruyan como consecuencia más hectáreas de bosque para crear nuevos arrozales.
“Estas especies están brindando un valioso servicio gratuito a Madagascar como supresores biológicos de plagas”, señala Ricardo Rocha, del departamento de Zoología de la universidad británica y autor principal del trabajo, que ha contado con la colaboración del investigador Adrià López-Baucells, del Museo de Ciencias Naturales de Granollers en Cataluña.
“Encontramos que seis especies de murciélagos se aprovechan de las plagas del arroz, como la oruga del enjambre de arroz y la lombriz de hierba. El daño que causan estos insectos pone a los granjeros de la isla bajo una gran presión financiera y eso fomenta la deforestación”, añade. En la actualidad, la isla se enfrenta a una imparable pérdida de biodiversidad y a la devastación de hábitats. Pero algunas de las especies de murciélagos insectívoros están experimentando un repunte, lo que podría revertir la situación, beneficiando a la agricultura y a la conservación de la naturaleza.
Según la nueva investigación, varias especies de murciélagos autóctonos aprovechan la modificación del hábitat para cazar insectos en los campos de arroz del país. Los científicos utilizaron medidores ultrasónicos de última generación y análisis molecular para estudiar la actividad de alimentación de seis especies de murciélagos insectívoros en las tierras de cultivo que bordean el Parque Nacional Ranomafana en el sureste del país entre noviembre y diciembre de 2015.
Los investigadores registraron 9.569 pasos de murciélagos de unas 19 especies. En total se detectaron más de mil “zumbidos de alimentación” de murciélagos (secuencias de ecolocación utilizadas por estos animales para atacar a sus presas) en 54 sitios, que permitieron identificar sus lugares de alimentación favoritos.