El sábado por la madrugada, un panorama descomunal quebrantó el silencio que domina las noches en Merlo desde que comenzó el aislamiento. En las calles de Pontevedra se suelen ver perros, gatos y hasta caballos, pero esta vez fue un ciervo el que tomó contacto con el mundo exterior. Deambulaba por la Ruta 21, un vecino registró el momento y no tardó en viralizarse.
“Miren, plena Ruta 21 yendo a Gonzalez Catan, recién termino de laburar. Miren. ¡Ey, corazón!”, dice el hombre que filmó el video mientras enfoca y llama al ciervo. Este lo mira fijo y luego corre. Es el único registro que existe de esa madrugada.
Fuentes de la Comuna explicaron que, si bien por el momento no pudieron dar con el animal, desde que tomaron conocimiento de la situación se encargaron de patrullar la zona día y noche.
“Nos enteramos de la situación el sábado por la madrugada y a través del video que circulaba en las redes, que grabó un automovilista que volvía de trabajar y se dirigía rumbo a González Catán, en La Matanza, ese mismo día se disponen móviles policiales para que patrullen el sector y empiecen a establecer contacto con los vecinos y los testimonios. Por el momento, ninguna persona cercana al lugar manifestó haber visto al ciervo”, informaron.
Los vecinos más próximos a la zona donde se produjo el supuesto avistaje, sin embargo, sí le indicaron a los policías que se acercaron que los perros se pusieron a ladrar mucho durante un rato, y relacionaban el episodio a la posible presencia del animal, mientras el video, a esa altura, ya se hacía viral en las redes. De todos modos, en la comisaría con jurisdicción en la zona no se recibieron llamados ni denuncias posteriores.
Aunque hasta el momento nada se pudo comprobar acerca del animal, en la Comuna advierten que se trata de una zona repleta de quintas e incluso con terrenos muy amplios y que, tal vez, el ciervo se encontraba ilegalmente dentro de algún campo y escapó.
Tomando los recaudos frente a la situación de pandemia pero con el compromiso puesto en impedir cualquier tipo de accidente, los rastrillajes continúan y se expanden por la zona de Pontevedra: “Hay un móvil que se encarga de recorrer la localidad durante las 24 horas, por ahora no tuvimos denuncias tampoco ni del vecino que lo filmó. Todo lo que se está haciendo es a partir de haber tomado conocimiento vía internet, estamos abocados a la tarea para evitar cualquier tipo de incidente. Llevamos cuatro días patrullando la zona, y la verdad es que nadie lo vio”, concluyen.
Tanto en el Gran Buenos Aires como en el interior del país, ante la ausencia de personas en zonas urbanizadas, muchos animales salen a explorar nuevos territorios. A mediados de abril sucedió con un ñandú que fue fotografiado cuando se paseaba por las calles de Parque Leloir. Aparentemente, el dueño de una de las quintas de la zona lo tenía ilegalmente en cautiverio, y pronto lo habría recuperado. En la Comuna de Merlo especulan con que, de haber existido un ciervo en la noche de Pontevedra, podría tratarse de un caso similar.
En lugares como el delta de Tigre, la baja en el movimiento durante la cuarentena generó que animales silvestres empezaran a mostrarse en zonas donde hacía años no se los veía. Incluso, algunos carpinchos “se mudaron” de las islas a las plazas de la ciudad. En Mar del Plata, fueron los lobos marinos los que aprovecharon la ausencia de turistas para tomar sol en lugares insospechados.
En Merlo, en tanto, aclaran que si en algún momento logran ubicar al ciervo, darán aviso a Defensa Civil, donde se encargarán de evaluar el mejor espacio donde derivarlo.
