Silenciosos, esquivos y activos mientras el mundo duerme, los murciélagos fueron víctimas de mitos y leyendas durante siglos. Sin embargo, lejos de su fama tenebrosa, estos guardines nocturnos son verdaderos prodigios biológicos. Con más de 1.400 especies distribuidas por casi todo el planeta —salvo en las zonas más frías—, los murciélagos destacan por su increíble capacidad de adaptación.
Son los únicos mamíferos capaces de volar activamente, y lo hacen gracias a sus extremidades convertidas en alas. Además, dominan una habilidad fascinante: la ecolocalización, mediante la cual emiten ultrasonidos y captan los ecos para orientarse y cazar en plena oscuridad.
No todos los murciélagos se alimentan igual. Algunos son insectívoros, otros frugívoros, nectarívoros o incluso pescadores. Esa diversidad de dietas los convierte en aliados imprescindibles para el equilibrio natural: controlan plagas, polinizan plantas y dispersan semillas, desempeñando roles esenciales en numerosos ecosistemas.
Murciélagos ibéricos: vecinos invisibles
En España habitan más de 30 especies distintas. Viven en cuevas, bosques, zonas rurales y hasta en ciudades, donde se refugian en edificios antiguos, grietas y tejados. Muchas de ellas están protegidas por ley, debido a su vulnerabilidad y a la importancia ecológica que tienen.
Uno de los más comunes es el murciélago colgado, el más pequeño de Europa, que suele formar colonias urbanas y se alimenta de mosquitos y polillas, siendo un insecticida natural muy eficaz.
Otra especie destacada es el murciélago de herradura, de mayor tamaño y con una estructura nasal peculiar. Se encuentra principalmente en el norte de la península ibérica y emite ultrasonidos desde su nariz para cazar. Vive en cuevas, bosques y construcciones abandonadas.
Murciélagos del mundo: asombros sin fronteras
Fuera de Europa, hay murciélagos que sorprenden aún más. El zorro volador del Pacífico puede tener hasta metro y medio de envergadura. El murciélago pescador de América Central atrapa peces con sus garras, y el murciélago vampiro —que se alimenta de sangre— es solo una rareza dentro del vasto universo quiróptero.
Datos curiosos de un mundo oculto
- Algunas especies pueden vivir más de 30 años.
- Durante la hibernación, su ritmo cardíaco baja hasta un 90%.
- Son sociables y cuidan de sus crías en grupo.
- Un solo murciélago puede comer más de 3.000 insectos por noche.
- Se comunican mediante vocalizaciones complejas, y algunos incluso cantan.
Lejos de ser una amenaza, los murciélagos son aliados invisibles en la conservación de la biodiversidad. Conocerlos mejor es el primer paso para protegerlos —y para admirar uno de los grupos de mamíferos más extraordinarios del planeta.

¿Por qué son tan importantes para el medio ambiente?
Los murciélagos son cruciales para el ecosistema debido a su papel como controladores de plagas de insectos, polinizadores y dispersores de semillas. Además, son vitales para la salud humana, al eliminar mosquitos que pueden transmitir enfermedades.
El rol de los murciélagos en el ecosistema
- Control de plagas: Los murciélagos insectívoros consumen grandes cantidades de insectos, incluyendo plagas agrícolas y vectores de enfermedades como los mosquitos.
- Polinización: Algunas especies de murciélagos polinizan plantas, como las de aguacate, banano, tomate y cacao, contribuyendo a la reproducción de estas especies.
- Dispersión de semillas: Los murciélagos frugívoros transportan semillas de plantas, ayudando a la regeneración de bosques y la diversidad vegetal.
- Salud humana: Al eliminar mosquitos, los murciélagos ayudan a prevenir enfermedades transmitidas por estos insectos, como el dengue y el chikungunya.
- Alimento para otros animales: Los murciélagos también sirven como alimento para otros depredadores, contribuyendo al equilibrio de las cadenas alimentarias.
Fuente: Beonloop.