Los habitantes de la ciudad de Puno declararon haber visto unas 500 ranas de la especie conocida como rana gigante del Titicaca muertas a orillas del río Coata. Especialistas acudieron a la zona y vieron, en primera instancia, centenares de cadáveres en un radio de 200 metros.
Un relevamiento posterior, en un área de unos 50 kilómetros determinó que el alcance del desastre llegaba a los 10 mil ejemplares muertos.
Los expertos del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre detectaron la presencia de residuos sólidos y formación de lodos que podrían haber envenenado a los reptiles.
Estas ranas, que llegan a pesar 350 gramos y se distinguen por los pliegues de la piel que les dan una mayor superficie para respirar el aire enrarecido por la falta de oxígeno de la zona, están en una situación crítica de conservación de acuerdo con los organismos internacionales.