Aproximadamente 10 mil peces de animales de distintas especies y tamaños, incluyendo peces resistentes a condiciones adversas, aparecieron muertos en el río Luján, en su paso por la ciudad de Pilar, en el norte bonaerense.
Si bien no se trata de un hecho aislado, esta vez ha alcanzado mayores proporciones, incluso afectando a mamíferos como nutrias, que también fueron encontrados sin vida en inmediaciones de la cuenca.
El lamentable hecho causó la alarma de grupos ambientalistas, quienes niegan que se trate de una consecuencia de la falta de oxígeno del agua: la justificación que se suele dar a este problema.
Entre los factores que van a contramano de esta hipótesis, se señala que animales como las nutrias no están sumergidas todo el tiempo y, por otro lado, las urbanizaciones en las márgenes del río hacen que haya una “sobredosis” de agua en la cuenca.
Graciela Capodoglio, titular de la Reserva Natural, apuntó entonces contra componentes tóxicos en el agua. “Está clarísimo que es la boca del Parque Industrial, porque aguas arriba no hay peces muertos”, indicó, en referencia al grupo de empresas que tienen un desagüe común, mientras que cada una tiene su planta de tratamiento de afluentes.