El sacrificio de seis leones que eran una de los mayores atracciones del zoológico Longleat Safari Park ha desatado indignación entre el personal que afirma que no había una razón aparente para la eliminación de los animales.
El macho adulto Henry, la leona llamada Louisa y cuatro de sus cachorros fueron condenados a muerte el mes pasado con una inyección que contenía una sustancia letal, tras una operación supervisada por veterinarios.
Los encargados del parque safari, ubicado cerca de la residencia de los Marqueses de Bath, insisten en que la decisión se tomó debido a ‘riesgos de salud’ después de que el aumento de la población llevara a un comportamiento violento en estos animales.
Uno de los denunciantes llamado Henry dijo que ‘Todo sucedió mientras el parque estaba cerrado por el invierno, así que nadie supo lo que pasó. Muchas personas al conocer el caso se han enojado’. Añadió que ‘no había una razón para hacerlo’.
Un portavoz del recinto señaló a The Daily Mail que el sacrificio se debe a la sobrepoblación de esta especie. ‘Ha habido un gran aumento de embarazos entre los leones, lo que resulta un aumento del 40% de la población. Esto ha dado lugar a un comportamiento violento excesivo, poniendo a 21 de ellos en riesgo’.