Sudáfrica, el país con más rinocerontes del mundo, logró en 2018 reducir un 25 % las muertes de estos mamíferos a manos de los furtivos, pero los ecologistas advirtieron hoy de que la amenaza sigue siendo muy grave y que menos caza puede atribuirse también a que cada vez hay menos animales.
El logro sudafricano, sin embargo, es significativo: por primera vez en cinco años, las muertes de rinocerontes bajaron del millar, hasta situarse en 769.
Si se toma en cuenta que la colonia local de estos mamíferos se cifra en unos 20.000 ejemplares -combinadas los blancos y negros, catalogados en peligro de extinción y vulnerables, respectivamente-, los furtivos se cobraban al año un 5 % de esa población, un ritmo que amenazaba la conservación de la especie a medio plazo.
El Parque Kruger (noreste), una de las mayores reservas naturales de África y hogar de la mayor parte de la población nacional de rinocerontes, se llevaba invariablemente la peor parte, con alrededor de la mitad de las muertes anuales.
El peligro en Sudáfrica, además, es un riesgo para todo el continente, dado que la colonia sudafricana se usa para repoblar otros países donde prácticamente han desaparecido.