Un enorme buque de sondeo petrolero perteneciente a la compañía Shell encalló con más de 520.000 litros de diesel en su interior cerca de Alaska, según informaron fuentes oficiales y la propia empresa.
El barco, de nombre ‘Kulluk’, se soltó de una de sus líneas de remolque y se dirigió hacia un sitio rocoso frente a la Isla de Kodiak, en donde encalló. Los 18 miembros de la tripulación habían sido evacuados el sábado por la guardia costera debido al riesgo de tormenta.
Con vientos de hasta 100 kilómetros por hora y olas en el Golfo de Alaska de hasta 11 metros, los equipos de emergencias han sido incapaces de asegurar la embarcación, según informó el comandante de la guardia costera y jefe del equipo encargado de controlar el incidente, Shane Montoya.
‘Estamos entrando ahora en la fase de salvamento y de posible respuesta a derrames’, declaró Montoya durante una conferencia de prensa en Anchorage. El accidente causó tres heridos leves y no se informó de daños ni de derrames. Un helicóptero de la guardia costera no ha detectado brillos en el mar asociados a manchas de petróleo.
El ‘Kulluk’, una embarcación de perforación que pesa cerca de 28.000 toneladas brutas, tiene en su interior más de 526.000 litros de diesel ultrabajo en sulfuros y más de 45.000 litros de fluidos hidráulicos y de engrase. El ‘Kulluk’ fue construido en 1983 y estaba en la lista para el desguace antes de que Shell lo comprara en 2005. La compañía gastó 292 millones de dólares desde entonces en mejorar la embarcación.
El incidente supone un contratiempo para el programa de perforaciones marítimas de Shell en Alaska, presupuestado en 4.500 millones de dólares. El plan de Shell de convertir la zona en una nueva área petrolera ha alarmando a los ecologistas y muchos nativos de Alaska, que advirtieron de que el programa de perforaciones amenaza a una región muy frágil que ya está siendo afectada por el cambio climático. No obstante, cuenta con fuertes apoyos en la industria.