Los delfines parecen estar sonriendo permanentemente, pero parece que emociones más oscuras pueden haber estado ocultas bajo la superficie todo este tiempo.
Después de estudiar las ‘redes de alianzas’ entre delfines nariz de botella machos que viven en Shark Bay, Australia Occidental,investigadores marinos ahora creen que los mamíferos pueden guardar rencor.
Un equipo de científicos de la Universidad de Bristol descubrió que los delfines individuales respondían enérgicamente a las llamadas de “aliados” que habían acudido en su ayuda en el pasado.
Pero más llamativo aún es que era más probable que ignoraran a aquellos que no habían ayudado anteriormente, incluso si parecían en términos amistosos.
Los delfines se unen para cazar o protegerse de los depredadores y formar conceptos sociales de ‘pertenencia al equipo’, argumentó el grupo de investigadores.
La doctora Stephanie King, una de las autoras del estudio, analizó: “Los animales sociales pueden poseer formas sofisticadas de clasificar las relaciones con miembros de la misma especie”.
“En nuestra propia sociedad, utilizamos el conocimiento social para clasificar a las personas en grupos significativos, como equipos deportivos y aliados políticos. Los delfines mulares forman las alianzas más complejas fuera de los humanos, y queríamos saber cómo clasifican estas relaciones”, precisó.
El estudio, publicado en la revista científica Nature Comunications, también halló que los delfines cooperan con otros que no los han ayudado directamente, pero sí han ayudado a los delfines que conocen, lo que sugiere que los animales recuerdan quién es y quién no los ayudará.
Los animales, destaca el estudio, trabajan juntos por una serie de razones, incluida la formación de equipos para atacar o protegerse de grupos opuestos.
Los delfines pueden identificar las llamadas de los demás porque desarrollan silbidos característicos que permanecen iguales durante toda su vida.
Mientras que los delfines eligen alianzas cercanas para objetivos a corto plazo, recurren a un grupo más grande de contactos para construir estos equipos de trabajo.
A veces, estos grupos secundarios también se apoyan entre sí, formando una red aún mayor.
Lo que esto muestra, dijeron los investigadores, es que estos delfines forman conceptos sociales de ‘pertenencia a un equipo’, categorizando a los aliados de acuerdo con una historia compartida de cooperación.
La doctora King explicó: “Tales conceptos se desarrollan a través de la experiencia y probablemente jugaron un papel en el comportamiento cooperativo de los primeros humanos”.
“Nuestros resultados muestran que los conceptos basados en la cooperación no son exclusivos de los humanos, sino que también ocurren en otras sociedades animales con una amplia cooperación entre no familiares”, concluyó.