VIDEO | Un águila mora vuelve a su hábitat después de casi 3 meses de rehabilitación en un centro de rescate

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El animal había sido encontrado en un terreno baldío de San Clemente a principios de julio con una lesión en una de sus alas y fue llevado al área de rehabilitación de animales terrestres del Parque Educativo Mundo Marino. Se cree que fue impactada por un proyectil de gomera.

Luego de casi 3 meses de rehabilitación, un águila mora (Geranoaetus melanoleucus) pudo ser reinsertada a su hábitat natural, este miércoles 28 de septiembre, en una zona rural cercana a la Reserva Natural Rincón de Ajó, al norte de San Clemente. ​ El ave rapaz había sido encontrada a principios de julio en un terreno baldío de aquella localidad costera por un vecino de la zona que, al notar que tenía un ala caída y que no podía volar, ​ la acercó a la institución El Niego, en la localidad de Las Toninas, especializada en aves rapaces, para su evaluación y asistencia.

Siguiendo el protocolo, ese lugar informó de la presencia del ejemplar a la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires, quien indicó que el animal debía ser trasladado al área de rehabilitación de animales terrestres de Mundo Marino para su asistencia y tratamiento.

El ave rapaz, una hembra subadulta, ingresó al centro de rescate, ubicado en San Clemente, el pasado 6 de julio. “Cuando llegó observamos que su ala derecha estaba caída. Para su exámen, se procedió a anestesiarla por vía inhalatoria, con el objetivo de generar el menor estrés posible en el animal durante la revisión. Así pudimos tomar muestras de sangre y realizarle un examen clínico general ​ que incluyó evaluación cardíaca, respiratoria y ​ estado nutricional. También nos permitió revisar sus ojos, pico y garras”, explicó Mauro Andrés Pergazere, médico veterinario del Parque Educativo Mundo Marino.

Además, Pergazere agregó: “Durante el exámen clínico pudimos hacer una revisión detallada de sus huesos y articulaciones. No detectamos presencia de fracturas, lo cual coincidía con los resultados de la radiografía que le habían realizado en la institución El Niego. Concluimos que la lesión estaba focalizada a nivel muscular, por lo que suponemos que la caída del ala derecha y la imposibilidad de levantar vuelo estuvieron vinculadas a un factor externo, compatible con un golpe ocasionado, posiblemente por un proyectil de gomera”.

Para el tratamiento, se mantuvo al animal en un recinto de aproximadamente 2,5 metros de alto y con troncos que ofrecían distintas alturas que evitaban que el animal hiciera sobre esfuerzos y estimulara un proceso progresivo de musculación. Además, se le suministró un complejo vitamínico y antiinflamatorios. Para el alta médico veterinaria fue determinante el hecho de que el águila mostrara buenas aptitudes de caza cuando se le ofrecieran presas vivas.

“Para nosotros es muy importante que se conozca el trabajo de rehabilitación que hacemos no solo con animales marinos, sino con muchas especies de animales terrestres también. Tanto el Parque como la Fundación tienen un plantel de profesionales muy capacitados para atender a diversas especies de animales que necesitan auxilio. Desafortunadamente, en todos los años que llevamos adelante este trabajo de rescate y rehabilitación podemos afirmar que el origen de la mayoría de los problemas que afectan a todas las especies con las que tenemos contacto es antrópico, o sea están directa o indirectamente relacionadas a actividades humanas,” relata Andrea Cabrera, vicepresidenta de la Fundación Mundo Marino.

Acerca del águila mora

Es un ave rapaz que habita en toda América del Sur, desde Argentina hasta Venezuela. Como ave rapaz cumple una función ecológica fundamental al cazar especies exóticas como la liebre europea y el conejo común que compiten por la alimentación con especies autóctonas como el chinchillón o vizcacha serrana (Lagidium viscacia) en el oeste de Río Negro, y con la ​ mara patagónica (Dolichotis patagonum). También forman parte de su dieta los cuises, hurones, zorrinos y la carroña. La reproducción de esta especie comienza a finales del invierno y suelen utilizar el mismo nido durante varios años. Entre septiembre y octubre comienza la puesta que puede ser de 1 a 3 huevos y que son incubados tanto por la hembra como por el macho. Las hembras son de mayor tamaño que los machos llegando a superar los 3 kilos y a tener una distancia de dos metros cuando tienen sus alas extendidas.

Actualmente esta especie está amenazada por la transformación de sus hábitats naturales en zonas productivas, la utilización de cebos tóxicos colocados intencionalmente, y en menor medida por la caza y el tráfico ilegal.

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