El pan es un alimento cotidiano en muchas culturas: acompaña desayunos, completa almuerzos y también aparece en cenas. Sin embargo, no todos los panes son iguales cuando se habla de calorías, fibra o valor nutricional. Si se lleva adelante una dieta saludable, saber qué tipo de pan elegir puede marcar la diferencia.
Algunos panes son más ricos en fibra y nutrientes esenciales, lo que ayuda a controlar el apetito y a mantener estables los niveles de glucosa. Otros, en cambio, contienen grasas, azúcares añadidos o son altamente refinados, lo que los convierte en opciones que conviene consumir con moderación.

Panes con menos calorías y más beneficios
Pan de centeno integral (210–230 kcal / 100 g)
Es uno de los panes más ligeros y completos. Rico en fibra y con un índice glucémico bajo, es ideal para quienes buscan controlar el peso o los niveles de azúcar en sangre. Su textura densa y sabor característico lo convierten en una opción nutritiva y saciante.
Pan integral (220–240 kcal / 100 g)
Hecho con harina no refinada, conserva las vitaminas del grupo B, minerales y fibra del grano completo. Aunque tiene más calorías que el pan blanco, su aporte nutricional lo hace mucho más saludable y recomendable para el consumo habitual.
Pan de masa madre (230–250 kcal / 100 g)
Gracias a su fermentación natural, es más digestivo y tiene menor índice glucémico. Se puede elaborar con distintas harinas como centeno, trigo o espelta, y es un buen equilibrio entre sabor, nutrición y saciedad.
Panes más calóricos: disfrutar, pero con medida
Pan de molde industrial y pan brioche (300–340 kcal / 100 g)
Suave, esponjoso y dulce, este tipo de pan suele tener grasas añadidas como aceite o mantequilla, además de azúcares. Aunque es tentador, conviene reservarlo para ocasiones especiales y evitar su consumo diario.
Bagel (270–300 kcal / 100 g)
Su textura compacta y su preparación lo hacen más denso en calorías. Además, suele servirse con quesos o embutidos que aumentan su aporte energético. Mejor moderarlo si buscas una dieta ligera.
Pan de semillas y cereales (250–280 kcal / 100 g)
Aunque nutritivo y rico en ácidos grasos saludables, su mezcla de semillas (como girasol, lino o calabaza) eleva su densidad calórica. No obstante, es una opción válida si se consume con equilibrio, por su alto contenido en fibra y grasas buenas.

¿El pan engorda? Depende de cuál y cómo
Más que eliminarlo, se trata de aprender a elegirlo. El pan, especialmente el elaborado con harinas integrales o de masa madre, es una buena fuente de carbohidratos complejos y fibra. Los expertos recomiendan evitar los productos industriales, optar por panes artesanales o caseros y variar las harinas utilizadas.
Consejos clave para elegir bien
- Revisar los ingredientes: harina, agua, sal y levadura o masa madre son suficientes.
- Evitar panes con muchos aditivos, grasas o azúcares añadidos.
- Priorizar harinas menos refinadas y con mayor valor nutricional.
- Combinar el pan con alimentos saludables como vegetales o proteínas magras.
El pan, ¿es realmente malo?
No, el pan no es inherentemente malo para la salud. De hecho, puede ser una parte saludable de una dieta equilibrada, especialmente si se elige pan integral o pan enriquecido con granos enteros. El pan, sobre todo si es integral, aporta fibra, vitaminas y minerales, y puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre y a mantener un peso saludable, entre otros beneficios:
- Fibra: El pan integral es una buena fuente de fibra, que ayuda a la digestión, previene el estreñimiento y puede ayudar a controlar el peso.
- Vitaminas y minerales: El pan puede aportar vitaminas del grupo B, hierro, magnesio y otros nutrientes importantes.
- Energía: El pan, especialmente el integral, proporciona energía duradera para el cuerpo.
- Control del azúcar en sangre: El pan integral tiene un índice glucémico más bajo que el pan blanco, lo que significa que libera glucosa en la sangre de manera más lenta y constante, lo que puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre.
Aspectos a considerar
- Pan blanco: El pan blanco, hecho con harina refinada, puede ser menos saludable que el pan integral, ya que contiene menos fibra y nutrientes.
- Cantidad: Es importante consumir pan en cantidades moderadas como parte de una dieta equilibrada.
- Personas con alergias o intolerancias: Las personas con alergias al gluten o intolerancia al trigo deben buscar alternativas de pan sin gluten, como el pan de arroz, maíz, patata o polenta.
- Personas con diabetes: Las personas con diabetes deben elegir pan integral o enriquecido con granos enteros, y controlar la cantidad que consumen.
En resumen, el pan no es malo en sí mismo, pero es importante elegir el tipo correcto y consumirlo con moderación como parte de una dieta saludable.
Fuente: The Body Optimist.