Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (Inpa) han identificado una nueva especie de sapo venenoso, denominada Ranitomeya aquamarina, en un área preservada del río Eiru, afluente del río Juruá.
Este pequeño anfibio mide entre 15 y 18 milímetros y destaca por sus tonalidades metálicas en azul, verde y naranja, que recuerdan el brillo de piedras preciosas.
El descubrimiento, publicado en la revista científica ZooKeys, marca el primer registro de una rana venenosa del género Ranitomeya en más de una década.
Un sapo venenoso y raro
La investigación encontró solo 12 ejemplares en la región, lo que sugiere que la especie es poco común.
Su coloración no es solo estética, sino una advertencia a los depredadores sobre la presencia de toxinas potentes.
El nombre aguamarina hace referencia tanto al agua de mar como a la piedra preciosa, reforzando el valor del descubrimiento.
Un comportamiento monógamo inusual
Lo que más ha intrigado a los científicos es la posible monogamia de Ranitomeya aquamarina, algo raro en los anfibios.
- Los machos emiten vocalizaciones intensas cuando su pareja es capturada, lo que podría ser una protesta ante la separación.
- Su canto cumple una doble función: expresar apego y defender su territorio.
- Cada llamado consta de entre 21 y 45 notas, con trinos prolongados durante horas en la mañana.
Estos datos refuerzan la hipótesis de que esta especie podría formar parejas fijas, algo inusual en las ranas.
Estrategias de supervivencia y adaptación
El brillo metálico de Ranitomeya aquamarina es una herramienta de defensa.
- Su coloración aposemática advierte a los depredadores que el anfibio es venenoso.
- Sus patas están adaptadas a la vida arbórea, con extremos en forma de disco que funcionan como ventosas, facilitando la movilidad en entornos húmedos.
Un símbolo de la biodiversidad amazónica
Los científicos destacan que el descubrimiento de R. aquamarina recuerda la riqueza aún inexplorada de la Amazonia.
Esperan que esta nueva especie impulse la conservación de los bosques y fomente más investigaciones científicas en zonas poco estudiadas.