Descubren que Egipto no siempre fue un desierto y rebosó con deltas perdidos del Nilo

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Pirámides, arena, camellos, aire caliente; así imaginamos a Egipto la mayoría de las personas pero ¿siempre fue árido y desértico? Para los antiguos habitantes de este país, el paisaje pudo haber sido diferente. Si bien el territorio actual en su mayoría está lleno de arena y despoblado de vegetación, es cierto que las regiones que rodean a Río Nilo subsisten con base en la agricultura y lo han hecho así por milenios.

Para los antiguos egipcios, la naturaleza encontraba su explicación en la mitología; el cauce del río era una de las manifestaciones de Osiris, a quien también se le atribuía el desarrollo técnicas de agricultura que sostenían a la civilización egipcia. Por otro lado, el paisaje montañoso era tierra de Seth, deidad del desierto y la sequía. Ahora, parece ser que Seth se adueñó de más territorio en un proceso de cambio climático e histórico.

La formación del desierto

Hace aproximadamente 10,000 años un gran cambio climático moldeó la temperatura del mundo a más o menos como la conocemos ahora. De esta época data arte rupestre en el desierto del Sahara que representa animales los cuales no habitan climas desérticos, como jirafas y elefantes, y que más bien viven en la sabana. El arte tiene entre 9,000 y 6,000 años de antigüedad, de acuerdo con el Museo Británico. Por otro lado según Live Science, el periodo húmedo terminó hace aproximadamente 5,000 años.

Cuando las pirámides de Giza fueron construidas el ramal Khufu, un delta extinto del Nilo, fluía justo al lado de ellas.

La presa de Asuán

La presa que en árabe lleva por nombre Al-Sadd al-ʿĀlī, es una gigante construcción planeada por el gobierno egipcio en conjunto con la Unión Soviética en la década de los 50. El proyecto tenía como propósito terminar con las inundaciones provocadas por el Río Nilo.

Inaugurado en 1971, el enorme contenedor ha tenido fuertes impactos en la diversidad biológica y arqueológica de la región. Según lo que informa la Enciclopedia Británica, el templo de Abu Simbel tuvo que ser reubicado para que no se sumergiera bajo la reserva artificial de agua.

Además de los problemas arqueológicos, la contención de uno de los recursos acuíferos más grandes del mundo trajo la paulatina desaparición de la fertilidad a sus alrededores. En realidad, las inundaciones que el Nilo traía consigo eran aprovechadas por el gremio agrícola, pues provocaba que la tierra se volviera más fértil gracias a los componentes que el agua traía consigo.

Como la mayoría de los paisajes, la zona del Nilo se vuelve cada vez menos diversa, más árida y con menos lugar para que la vida siga floreciendo.

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